| 47 |

1.1K 88 16
                                    

Según Albert Einstein el tiempo es relativo. Wednesday lo creía. Había empezado a creerlo desde que se dió cuenta de que no importaba cuántos meses transcurrieran, cuántas estaciones pasaran, ella seguía queriendo de la misma forma a Enid. La seguía amando de la misma forma que la amo el día que acepto que lo hacía. Pero, a pesar de que era correspondido, ella aun sentía que no estaba lista. Le preocupaba intentar algo con ella y con el pasar del tiempo todo se acabará por su culpa, por culpa no sabes expresarse. Aun que aún no se acostumbraba a decirlo, Wednesday amaba a Enid como no había amado a alguien. Pero tal vez Enid no la amaba de la misma manera. Llevaban, aproximadamente, ya un año de estar "saliendo" informalmente, aún no era nada oficial. Ambas morían por qué lo fuera.

—¿Ya estás lista?, Digo, ya ha pasado un año y tú, llevas más de medio año planteandote como pedirle que sea tu pareja, creo que ya es hora.

—No lo sé, Max, tal vez ella no siente lo mismo, digo, de tan solo pensar en lo que siento aveces no lo creo.

—¿Bromeas? Enid te ve como si fueras una puta diosa griega, que por cierto, es terriblemente cursi, nunca imaginé verte así.— Max tiro su cabeza hacia tras y trato de relajarse, entendía a Jane, ya no se burlaría de ella por aguantar a Enid.

—Bien, entendí, ¿Bueno?, Lo hare, solo que no se cómo.— Max no aguanto, le aventó una botella de plástico en la cabeza. —¡Mierda, Max! ¿Que demonios te pasa?— La botella estaba llena.

—Es que tú eres idiota, ¿No has pensado en nada? ¡Seis meses Wednesday!, ¡Seis!, Bueno, no importa, cualquier cosa que ames será valorada por Enid, podrías darle una piedra con la palabra escrita "¿Puedo ser tu novia?" Y ella la amaría.— A la perspectiva de Wednesday, ella estaba sobreexagerando.

—Pensare en algo, ¿Bien?— Max suspiro y se levantó.

—Eso no funcionará, no sobreexplotes tu mente, solo, no lo pienses demasiado, puedes hacer algo simple pero lindo, nos vemos después.— Max salió en busca de Xavier, Jane, Bianca, Divina, Will, Steve, o alguien para molestar, se sentía como Wednesday hace unos meses, empalagada de tanto amor.

Wednesday lo pensó unos momentos. Tenía que planearlo. Faltaban tan solo unos días para que comenzarán las vacaciones de navidad. Enid amaba la navidad. Lo sabía por qué Enid la había obligado a ver todo el catálogo de HBO, Disney plus, Netflix y Prime video de películas con esa temática. No era su actividad favorita, pero por Enid lo toleraba—Siempre se quedaba dormida.— Lo hacia por que Enid también lo hacía por ella, se desvelaba con ella viendo una y otra vez las películas de saw, viendo las películas del conjuro y la noche del demonio, aún si tenía pesadillas con el demonio rojo, o con las pocas apariciones de la monja.

No lo pensó mucho y salió de la clase antes de que empezará o de que siquiera alguien más llegará, empezaría desde ahora y después pediría los apuntes a Max.

—¿Bueno?—Se escuchó una voz al otro lado del teléfono

—¡Maddie!, Necesito tu ayuda, ¿Puedo verte ahora?— No se escuchó nada durante unos segundos.

—Wednesday, ¿No deberías estar en clase?, ¿Para que me necesitas?, ¿Le pasó algo a Enid?

— Nada malo ha sucedido, solo, necesito tu ayuda para que me asesores en algo muy importante.— Las últimas palabras las dijo en voz baja, pero, la rubia mayor la alcanzó a escuchar. Un chillido de emoción hizo que ella alejara el teléfono de su oído.

—¿Es lo que creo que es?—Su voz estaba llena de emoción.

—No se que estás pensando.— Otro chillido.

—Esta bien, te veré en Starbucks en diez minutos.— Wednesday agradeció que no haya dado otro chillido, su voz ya se escuchaba neutral

—Bien, iré a apurarme, te veo en diez...¡Cuñada!— Y dicho eso dió otro chillido antes de colgar.

Feelings;  WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora