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—¿Por qué decidiste ayudarme?

Eva iba comiendo su helado, cuando giró la cabeza al escuchar la pregunta de él, para mirarlo.

—Tenía un hermano mayor, Javier, él lamentablemente tomó malas decisiones cuando era joven, que lo llevaron a una mala vida. Dejó la universidad, perdió su trabajo, su novia, y después a nosotros, su familia. Su vicio se hizo tan grande, que terminó viviendo en la calle.

—¿Qué tenía tu hermano?

—Era adicto... Falleció hace tres años, no pudimos ayudarlo —pronunció bajo, desviando la mirada.

—No fue tu culpa, no se puede ayudar a alguien que no quiere.

—Debimos hacer más por él, darnos cuenta antes por lo que estaba pasando. Fallamos todos como familia.

—No, él único que falló allí como hijo, hermano y pareja, fué tu hermano, no ustedes.

—Tal vez —murmuró encogiéndose de hombros—... Es por eso que me prometí ayudar a todas las personas que lo necesitaran y yo pudiera hacerlo. Y me encontré contigo —sonrió.

—De todos modos, creo que tú estás siendo muy confiada conmigo. No me conoces, y me invitaste a vivir a tu casa.

—Pues si no quieres quedarte no lo hagas —pronunció divertida—. Yo sólo quería darte un lugar seguro donde estar hasta que recuerdes quién eres, pero si no quieres, está bien.

El castaño no respondió nada, simplemente continuó caminando junto a ella.

No tenía nada mejor que hacer, ni dónde estar, ella era la única humana que conocía y con quién había entablado conversación. Y para ser sinceros, los humanos mucho no le agradaban tampoco.

Tal vez, Eva simplemente se sentía sola y quería algo de compañía. Sabía que ella no era segura de su imagen, y eso quizás la hacía vulnerable ante los demás, al querer siempre agradarle a todos y hacer las cosas bien.

De algún modo, estaba buscando aceptación.

La observó y con la servilleta que le habían dado para su helado, le limpió suavemente por debajo de su labio inferior, dónde se había manchado, tomándola por sorpresa.

—Tenías un poco de crema.

—G-Gracias —sonrió sorprendida.

***

"—¿Y qué se supone que deba hacer?

—Vivir una vida humana normal, trabajar como ellos, conocer personas, hacer amigos, entablar una relación. Todo lo necesario para recaudar información y saber hasta que punto ese cuerpo humano creado, puede soportar sobre el planeta.

—De acuerdo —pronunció molesto—. Pero cuando termine con esto, quiero en la nueva nación la vida hecha, porque yo estoy perdiendo tiempo de mi vida que no va a regresar.

—De acuerdo, Larkeis.

—Y quiero una mejor imagen que esta. Este cuerpo está muy débil y demacrado ya."

Estaba comiendo un poco de cereales con leche, cuando al salir de la cocina escuchó que Eva estaba hablando en el balcón por llamada con su amiga Cinthya.

Curioso, se acercó disimuladamente para poder escuchar.

"—En serio lo lamento, Eva, yo no quise que sonara de ese modo, lo juro."

—Está bien, no te preocupes, pero no iré al cumpleaños de tu hermano.

"—¿Puedes al menos decirme por qué no quieres? ¿No te gusta Benja? Creí que sí."

—Porque no tengo ganas de salir el fin de semana, y tampoco me gusta tu hermano ya de esa forma, no luego de saber que ve a las mujeres como "figuritas", y que él no "repite", no sé quién se cree el tipo.

"—Esas cosas no las dice en serio, sólo bromea. Sabes que tiene un humor especial."

—Ajá, claro.

"—De acuerdo, no te seguiré insistiendo, pero recuerda lo que me dijiste la última vez."

—¿Qué cosa?

"—Que no era fácil conseguir hombres para ti, y yo te estoy dando la oportunidad de conocer a-"

—Eva ¿Cuánto te falta para volver a la cama? Dile a tu amiga que estábamos ocupados antes de que llamara.

La castaña se giró y miró a Kerlak con los ojos abiertos de sorpresa y el rostro rojo.

¡¿Qué acababa de decir?!

"—E-Eva, no sabía que estabas ocupada, lo siento m-mucho, luego hablamos. Adiós."

—B-Bye.

Él la miró y se encogió de hombros, continuando con sus cereales y dirigiéndose al sofá de la sala.

—¿Qué fue eso, Kerlak? ¿C-Cómo se te ocurre decir algo así?

—Tu "amiga" sólo es una hipócrita envidiosa resentida de la vida, nada más. Al menos ahora le dí un motivo para que ya no te siga insistiendo con su hermano.

—Pues no ¡Pero hiciste que se escuchara como si estuviéramos haciendo algo sugerente! —chilló avergonzada.

—Mejor, con mayor razón no necesitas a su hermano —pronunció con simpleza, tomando una cucharada de cereales.

—Yo... Iré a tomar una ducha, luego hablaremos de eso.

—Okay ¿Necesitas ayuda con eso? —le inquirió mientras Eva caminaba a la habitación.

—¡N-No!

Uy, que mal humor el de esa tipa, él sólo había querido tener un gesto amable.

Los humanos era tan exagerados y malagradecidos.

...

KerlakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora