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—Bueno, esta es mi casa —sonrió entrando ambos a su departamento—. No es grande, pero es suficiente para una persona sola.

Kerlak observó la sala, la cocina que podía verse desde allí, ya que sólo estaba separada por una pared sin puerta, había una abertura nomás.

Un gran ventanal que daba a un balcón, dónde a través de la cortina se podía ver qué estaba la zona del lavadero.

Nada realmente destacable.

—Esa puerta de allí es mi habitación, y esa otra es el baño —sonrió.

—Linda casa.

—¿Quieres sentarte? Cómo te dije, recién salgo del trabajo y no he comido nada —le contó dejando su cartera colgada, para ir hacia la cocina.

El castaño la siguió por detrás, viendo que la cocina era un lugar muy pequeño, por lo que prefirió quedarse parado en la puerta.

—¿Y a qué te dedicas?

—Soy enfermera —le dijo sacando un pollo del refrigerador y varias verduras—. Ya volví de mis vacaciones, así que ayer tuve guardia de veinticuatro horas.

—¿Por qué trabajan tanto?

—Porque son guardias, no es siempre así, pero tengo que cumplirlas. Además, hasta pasado mañana no trabajo ahora —sonrió colocando el pollo en una asadera, antes de encender el horno—. ¿Y tú a qué te dedicabas antes de llegar aquí?

—No lo recuerdo.

—Oh cierto. Bueno, ahora que estás aquí, podría venir a la clínica donde trabajo y los médicos-

—No —la interrumpió—. No necesito ayuda.

—¿Por qué siento que no quieres saber quien eras? —le inquirió dedicándole una mirada curiosa.

Metió el pollo al horno y se dispuso a pelar unas papas y lavar otras verduras.

—Porque quizás tengas razón —respondió con simpleza.

—¿Y cómo puedo estar segura que no eres un tipo peligroso, Kerlak? Si ni recuerdas quién eres.

—Podría hacerte daño ahora si lo quisiera, vives solas y estamos solos.

—O podrías hacerlo después de comer, y sólo estás esperando porque tienes hambre —pronunció divertida.

Puff, esa mujer se creía muy importante.

El celular de la castaña comenzó a sonar y Eva lo miró por un momento.

—¿Podrías alcanzarme el celular por favor? Está dentro de mi cartera.

Se dió la vuelta para regresar a la sala y tomó el celular, viendo que era una llamada que decía "Cinthya".

—Atiende por favor, y ponlo en altavoz —le pidió cortando las verduras.

Kerlak lo hizo y se lo dejó en la mesada, junto a la tabla de picar.

—Hola Cin ¿Qué ocurre?

"—Hablé con Benja, le expliqué tu situación y me dijo que si querías podíamos hacer una reunión pequeña, sólo la familia y tú. ¿Qué te parece?"

—Te dije que no me presiones, no tengo ganas de salir el fin de semana.

"—Pero no sería una fiesta, lo prometo."

—Oye ¿Tu hermano no tenía novia o algo así? ¿Por qué insistes tanto?

"—No era la novia, sólo era una chica con la que se hablaba, nada importante."

—Exacto, es lo que él suele tener, "chicas para hablar", y yo no quiero ser una más en su lista —pronunció tajante, metiendo las verduras cortadas en una cacerola—. Agradezco tu invitación, pero no quiero ir.

"—Eva por favor, tampoco te hagas la santa, con dos gotas de alcohol encima, te olvidas hasta de tu nombre."

La castaña desvió la mirada al escuchar aquello.

—Adiós.

"—Lo siento, no quise-"

Cortó la llamada y continuó dándole la espalda a Kerlak, sintiéndose avergonzada por lo que él acababa de escuchar.

—N-No soy como ella lo quiso hacer sonar.

—No sé a qué te refieres.

—No soy una mujer de esas "fáciles".

La observó, arqueando una ceja.

—¿A qué te refieres? —repitió.

—No me acuesto con cualquiera, lo que ocurrió aquella vez... Fue sólo un error —pronunció bajo.

—De acuerdo, pero no sé porque me lo aclaras a mí, después de todo, yo no te estoy juzgando.

—Lo sé, sólo quería que lo supieras —murmuró, buscando en el refrigerador algo que ofrecerle hasta que la comida estuviera hecha.

—¿Qué es esa tal Cinthya tuyo?

—Una amiga, una compañera de universidad que dejó la carrera a mitad, porque conoció a un muchacho y quedó embarazada. No pudo continuar estudiando, pero conozco a toda su familia —le contó preparándole un sándwich.

—Se conocen hace bastante tiempo entonces.

—Sí, algo así. Ella cree que yo necesito una pareja o algo casual —sonrió incómoda, sirviéndole agua en un vaso—. Y como a su hermano le viene bien cualquier mujer, quiere de algún modo que me relacione con él. Ten, come esto hasta que el almuerzo este.

Kerlak tomó el sándwich, dándole una mordida, viendo como ella se preparaba uno también.

—Creo que tu "amiga" sólo intenta sabotearte porque siente celos de ti. Tú lograste graduarte, ella no.

—¿Qué? Ay no —rio—. Cinthya es un amor de persona, es verdad que a veces es un poco intensa, pero no es mala, en serio.

—Hm, si tú lo dices.

Quizás ella estaba siendo muy ingenua o él se estaba apurando a juzgarla.

...

KerlakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora