IMPORTANTE: Antes de leer este libro, deben leer The Time Traveler, de lo contrario no podrán leer este libro. Gracias.
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Un clon idéntico a Kara, proveniente de otra tierra, llega para establecerse. Los superamig...
Tenía mis ojos cerrados y seguía repitiendo el hechizo a medida que seguía las instrucciones de Morgana. Sé que debo entrenar con ella, ya que estos villanos tienen magia antigua que desconozco. Y para enfrentarla, debí escucharla.
—Apaga tu mente, Lena. Tienes que dejar de pensar.
—No es tan fácil. —Dije y abrí los ojos para verla—. Lori no deja de patear, temo hacerle daño o que le afecte lo que estoy haciendo.
—Lori está bien, Lena. Ella está creciendo fuerte y te toca ser fuerte para proteger a tu hija.
Se acercó lentamente y me miró a los ojos.
—¿Le tienes miedo a la magia, Lena?
—No digas estupideces, Morgana. ¿Cómo voy a temer a la magia?
Quise alejarme y la sentí tomar mi mano. Comenzó a recitar un hechizo y traté de soltarme.
—Sigue tu instinto, Lena. —Me dijo y mi corazón latía fuerte—. ¿Por qué tu miedo te aleja de la magia? Sigue tu instinto y vamos a ver... Despeja la mente y concéntrate en mi magia.
Suspiré y cerré los ojos. La electricidad recorrió mi piel y por alguna razón, me sentí respaldada con Morgana. Mi instinto me gritaba que confiara y lo hice.
Fue cuando me ví a mi misma en ese laboratorio, donde, el recuerdo de cuando hice el hechizo sobre la piedra de Avalon envió a Kara al pasado. Ese momento donde mi magia falló. Revivir ese momento me hizo soltarme y tanto Morgana como yo, quedamos de pie tomadas de las manos con la respiración agitada.
—¿Eso fue lo que pasó? —Dijo y asentí—. Pero... Dijiste que se creó un vórtice que se llevó a Kara.
—Claro... ¿No lo viste?
Me miró frunciendo el entrecejo y negó.
—Lena... ¿Viste a Kara ser absorbida? —Asentí y suspiró—. Porque yo ví a la piedra explotar y cuando la explosión me tocó, todo quedó negro.
—¿Explotó?
Asintió y fue cuando me dió un mareo. Morgana me sostuvo y sabiendo que era una visión, tomé su mano con fuerza.
Sentía que estaba recostada, escuchaba máquinas de hospital a mi alrededor y una mano que sostenía la mía con fuerza.
—No temas, Lena. Simplemente déjate llevar y escucha tu instinto. Deja que la magia se haga tu amiga y no le temas. —Decía la voz de mamá—. ¿Qué es lo que te frena? ¿Por qué te niegas a regresar? ¿Qué no quieres dejar atrás?
Y tras escuchar eso, todo volvió a la normalidad. Miré a Morgana, la cual comenzó a alejarse y estaba seria. Se dió la vuelta y me observó, atenta.
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—Si no entrenas ahora, te vas a arriesgar a quedar atrapada para siempre en lo que sea que vayas a enfrentar. —Me dijo y suspiré—. Veo que no quieres aceptar la magia en ti, pero no vas a tener otra opción que hacerlo.