Capitulo 10: seis días.

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[𝓐. 05.]

—Es que ya no sé como verte y no sentir. -Roos-.

𝒟 || DAYANA ADAMSON.

Habían pasado seis días desde que estábamos aquí, seis días de un mes, y dos días desde que le había dicho a Edmund; Thomas, para él fue raro pero nada del otro mundo, para mí por otro lado fue horrible, él había intentado hablar conmigo pero lo había evitado, me dormía más temprano y me levantaba más temprano también, solía dar pequeñas caminatas durante diferentes horas del día o cuando quería evitarlo, al parecer él también solía salir a caminar pero se adentraba al bosque, yo también pero no la profundidad en la que él lo hacía.

Había visitado la cascada uno que otro día pero no me acercaba tanto ya que la última vez casi me caigo, ahorita mismo me estaba bañando, ya que había salido a caminar pero por alguna razón comencé a correr, Edmund estaba abajo, cuando entre a la cabaña estaba en la sala bebiendo champagne.

¿Cómo es posible que se la pase bebiendo?

Era algo que no entendía, me envolví en la toalla y me gire para tomar mi ropa, fruncí el ceño ya que está no estaba, suspiré ruidosamente ya que deje la ropa en la cama, abrí la puerta y salí.

-Linda toalla -murmuro Edmund mientras levantaba su copa hacia mi y me sobresalté al verlo.

-¿Que haces aquí? -pregunte mientras sujetaba el borde de mi toalla con una mano.

-Me vine a recostar en mi cama -aclaró dándome a entender que también dormía aquí-. Así que, así te ves con el cabello mojado y suelto.

Me dijo y ya que siempre tenía el cabello amarrado y esta vez lo tenía suelto, se estaba comenzando a ondular, negué rotundamente y tome la ropa y camine de regreso al baño.

-Creo que esa toalla está muy corta -indicó y me gire para verlo.

-Deja de mirarme pervertido -le dije dándole la espalda nuevamente y entre al baño para cambiarme.

-No soy pervertido del todo porqué eres mi esposa -me recordó cuando salí del baño y negué repetidas veces.

-Cuando te conviene soy tu esposa -murmure y sentí como mi piel se erizo por decirlo en voy alta.

Tome mi cepillo y comencé a cepillarme el cabello, cuando termine fui al balcón y Edmund comenzó a balbucear cosas que no entendí, él aparece detrás de mi y me toma de la cintura.

-¡Ey! ¿Que crees que estás haciendo? -le pregunte cuando me levanto del suelo me me metió al interior del lugar.

-Afuera hace frío te vas a resfriar -balbuceo y me dejó en la cama.

-Ni siquiera hace tanto frío, estamos a la mitad de la tarde Edmund -le recordé intentando levantarme pero me volvió a recostar-. Edmund, deja de tirarme en la cama.

-No te estoy tirando, pero ahora sí lo haré -dijo y me aventó en la cama.

Tomó mis mejillas con sus dos manos y dejo un beso en mis labios, lo mire algo desorientada y él me miró.

-Solo te estoy cuidando Adamson -soltó y fruncí el ceño.

-¿Quien te dijo mi apellido? -pregunte confusa.

-Crístal -murmuró y solté un suspiro.

-¿Te dijo algo más?

-Nop, bueno me dijo que te cuidara pero eso lo hubiera hecho aún que no me lo dijera.

Odio Amarte [Edmund Pevensie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora