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A Jungkook le sorprendió la manera voraz en la que Yoongi, el vampiro por conversión, comió todo el galbi y porciones generosas de fideos fríos más verduras crudas. Como si fuera un humano. Se abstuvo de preguntar en ese instante, sin embargo, cuando el convertido se hubo levantado primero y retirado del comedor, el otro humano se percató de su duda y le dijo ya menos avergonzado y más acostumbrado a su presencia:
—Hyung suele sentir un vacío en el estómago. Lo hace para sentirse lleno, diferente a cuando está hambriento.
Taehyung no gusta de Jungkook. Empero eso no quiere decir exactamente que le oculte cosas importantes sobre Yoongi. Taehyung pensó que compartir esta información con el novato de Lucky Mansion era esencial para evitarle al vampiro preguntas o situaciones incómodas; pues Yoongi todavía batalla con las sombras de su pasado.
Jungkook se limitó a asentir mientras recogió los platos junto a él. Por lo que le había dicho Jimin en la mañana —no tan mañana—, pudo hacerse una idea del porqué; así que no habló nada después con Taehyung, ni siquiera en el momento en el que se pusieron a lavar los trastes que ocuparon.
Terminaron y cada quien tomó su rombo en la casona. A Jungkook no le importó del todo, sabe que no será fácil convertirse en amigo de Taehyung.
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Jungkook, en su recamara nueva y elegante, desempaca su objeto más preciado —y probablemente más caro— que tiene de la maleta especial donde lo tuvo guardado. Por la tarde no pudo sacarlo pero ahora que lo hace, sus mejillas se bañan en bermellón y sus labios se expanden dejando a la vista dos dientes delanteros superiores, igual a un conejito viendo las flores en inicio de primavera. Sentir la superficie plana y mate de su Wacom altera sus nervios y lo pone feliz.
En su habitación tiene un espacioso escritorio —diferente al que tenía en su antiguo departamento donde únicamente se llenaba de papeles del trabajo— con el área suficiente para explayarse a dibujar.
Contento con su nuevo ciclo de vida, uno en el que tiene permitido vivir como más le plazca, se sienta en la silla gamer con la cual está aplacido y coloca con delicadeza la tableta en la mesa.
Sin meditarlo del todo, Jungkook no suelta la pluma digital en ningún momento durante el resto de la noche: garabatos en unos lienzos, formas definidas en otros, avances de antiguos borradores, nuevos borradores, etcétera. Está tan ensimismado en las líneas de pixeles que crea que todos los temas intrusivos desaparecen de su campo de comprensión; ahora son muy ajenos y lejanos a él.
Siempre sucede de esta manera.
El dibujo lo despoja de sus problemas, lo canaliza a un estado de paz, le brinda una razón de ser a su persona y a su sombra.
Así transcurren dos despreocupadas horas, con sus sesos extasiados pensando en qué lado ponerle esto o de qué manera colorearlo, cómo acomodar aquello y cómo arreglar lo otro.
Jungkook puede perder la noción del tiempo, no obstante, un llamado a su puerta corta su hilo de diversión y lo trae de vuelta al mundo de los humanos —vampiros también—.
Levanta la cabeza, despegando sus iris albaricoque de la pantalla iluminada con su arte. Sus ojos de cervatillo están muy abiertos al mirar la hora en el reloj digital de su escritorio, media noche. Vuelve su cuello a la puerta, que ha estado silenciosa después del primer tocado, la ve con extrañeza.
Algo en su corazón se retuerce. Como un destello de ilusión por imaginar instantáneamente el rostro apuesto del dueño de Lucky Mansion. Sus ojos se oscurecen pero al mismo tiempo se tiñen de un rayo de esperanza.
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La búsqueda de la inexistente fortuna (Unlucky Mansion) ⟫ JINKOOK
FanfictionJeon Jungkook decide renunciar a su empleo, pero no cuenta con que también le suceda otra desgracia. Sin trabajo, y por su irresponsabilidad, sin casa, Jungkook comienza desde cero con la ayuda de Kim Yugyeom, su mejor amigo. Un obstáculo se present...