uno.

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Karina nunca había amado la ciudad. Todo necesitaba mucho tiempo y ella era solo una persona.

Ella nunca podría mantenerse al día con toda conmoción pasando las 24 horas del día. Pero la academia de arte de New York era su sueño, y cuando ella fue aceptada, decidió que podía hacer frente a vivir en la ciudad. Después de todo ella vivía junto sus tres mejores amigas. Todo el mundo asumía que Karina estaba viviendo un sueño.

Lo que era sin duda. Después de vivir en Seoul por tanto tiempo, Karina estaba deseando salir de esa ciudad. Es por eso que en cuanto se graduó, al atardecer se fue y llegó a New York el día siguiente.

Mudarse a New York era un sueño que compartía con sus tres amigas. Karina, Yeji, Giselle y Ningning, todas ellas habían crecido juntas desde su primer año en la escuela después de haber trabajado juntas en el backstage de la producción de la escuela llamada 'La Sirenita'. Cuando llegó su tercer año en la escuela, recaudaron el dinero suficiente, enviaron sus solicitudes a la universidad, y se dieron cuenta de que su sueño se estaba haciendo realidad.

Y ahora allí estaban, a dos meses de iniciar el semestre de otoño de su primer año de universidad.

Karina amaba como su vida se iba transformando, pero aún así no podía dejar de sentirse cada vez más sola. No es que ella no tuviera amigos, porque ella tenía un montón de ellos. Simplemente le faltaba algo.

En su segundo año, se supo que Karina era lesbiana. Esperaba que sus tres amigas le dieran la espalda, pero sorprendentemente a ellas no le importaba. Ellas estuvieron con ella durante el periodo que ella recibió bullying constante. Karina estaba eternamente agradecida por las compañeras que tenía. Sin ellas ahora mismo estaría muy lejos de ser lo feliz que es ahora.

Pero de alguna manera, su sexualidad la retuvo. No era especialmente difícil encontrar otra lesbiana en las calles de New York, pero Karina era extremadamente inexperta cuando se trata de estar en cualquier tipo de relación. Así que, por miedo, ella se mantenía soltera.

En el momento en que ella empujó la puerta de su apartamento compartido, fue recibida por sus tres compañeras de piso. Mejor dicho, por dos, considerando que Yeji estaba durmiendo en el sofá. Ningning y Giselle levantaron la vista de sus teléfonos y sonrieron al saludar a la chica de cabello oscuro.

"No adivinarás que pasó hoy", Giselle habló, olvidándose de su móvil y siguiendo a Karina a la cocina. "Recuerdas a aquella chica extranjera que había en mi clase de baile?" Ella preguntó,pero no espero a que Karina respondiera. "Ella me pidió mi número de teléfono!" La chica japonesa aplaudió emocionada y Karina no pudo aguantar la risa.

"No lo dude ni un segundo cuando me dijiste que harías lo que fuese para que esto ocurra", Karina bromeó dejando caer su mochila de sus hombros en el suelo junto a la puerta.

Giselle arrugó su nariz ante su compañera de piso y saltó sobre el mostrador. "Así que, qué hay de cenar, Rina?"

Rodando sus ojos, Karina sonrió. "No podrías haberte hecho amiga de algún chef? Eso sería un favor para todas nosotras. Estoy harta de ser la única que sabe cocinar." Ella abrió la despensa, explorando cada rincón para ver qué alimentos juntar y hacer algo llamado comida.

"Voy yo!" Giselle habló, causando que Karina se girará en confusión. Ni siquiera había oído nada. Olvidándose de la cena, ella siguió a la chica hacia la puerta. El rostro de Giselle tenía una expresión irreconocible cuando abrió la puerta, y Karina instantáneamente estaba confusa. Muy rara vez tenían visitas, y cuando las tenían era una persona que se había equivocado de departamento.

"Hola!" La alegre voz sonó detrás de la puerta. A Karina instantáneamente le empezo a doler el estómago. Ella corrió hacia el lado de Giselle para asegurarse de que no estaba alucinando, y efectivamente no lo estaba.

yellow - winrina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora