"En la casa se está bien. Llegaremos enseguida." Yeji intentó tranquilizar a la chica, insegura de qué más hacer.
Ella y Karina intercambiaron miradas y Karina suspiró pesadamente. Esto ya estaba empezando a ser señal de un día muy largo. Condució hasta el aparcamiento del piso, aparcó y salió del coche, sin preocuparse de esperar a las otras chicas.
Subió las escaleras, suspirando una vez que llegó a la planta que quería. Ellas accidentalmente habían dejado la puerta abierta asi que Karina se deslizó dentro del piso rápidamente, dejando su calzado cerca de la puerta y yendo directamente a su cuarto.
La chica pelinegra se cambió la ropa por unos pantalones deportivos y una de sus camisetas favoritas. Se recogió el pelo en una pequeña coleta y se quitó cualquier resto de maquillaje de su cara. Se miró durante un tiempo en el espejo para mirar su apariencia antes de bajar las escaleras.
Yeji y Winter no daban señal de donde podían estar, pero Karina sabía que estaban en casa ya que vió sus calzados cerca de la puerta. Se dijo a sí misma que no le importaba lo que estuvieran haciendo y se dirigió a la cocina.
"Nooooo."
Karina dejó de mirar el refrigerador cuando oyó la voz de Winter proveniente del piso de arriba. Por mucho que quería ver que estaba pasando se forzó a ignorarlo y agarró dos pedazos de queso de la estantería antes de cerrar la puerta de la nevera.
Hubo un jaleo en el piso de arriba, junto a puertas que se abrían y se cerraban y Karina zumbó para ella para intentar aliviar el escándalo que había. Puso una sartén en la vitrocerámica y esperó a que
se calentara. Justamente cuando sacó el pan de la despensa escuchó pasos provenientes de la escalera."Hola." Winter sonrió quedándose de pie en la cocina, enfrente de Karina. La chica de ojos marrones se giró a ella. El aliento se le quedó atrapado en la garganta cuando vió a la chica que estaba enfrente de ella.
Winter estaba llevando otra de las camisetas de Karina que le llegaba hasta la zona media de los muslos. No llevaba puestos ningunos pantalones o calcetines o zapatos. Karina notó el vendaje en sus pies, el cual asumió que Yeji habia cambiado.
El pelo de la chica estaba mojado y alborotado, algunos mechones de cabello caían en su frente y le cubrían los ojos. De alguna manera se hacía ver adorable.
Adorable.
Karina se maldijo por usar esa palabra.
Antes de que Karina pudiese decir nada, Yeji apareció corriendo bajando las escaleras con unos pantalones de pijama de Karina.
"Has olvidado esto," se los entregó a Winter, quien los estudió por unos momentos. Yeji vió la mirada cuestionante que Karina le estaba dando y se mordió el labio. "Insistió en llevar tu ropa, no sé." Yeji se encogió de hombros.
"Oh." balbuceó. Winter se puso la prenda de ropa y dió unas palmaditas en aquel material blando.
"¿Qué te tomó tanto tiempo?" La pelinegra preguntó intentando ignorar el sentimiento que era derivado en su estómago al ver a Winter con su ropa.
"Bueno, descubrí que se puede duchar por su cuenta." Yeji asintió y miró hacia Winter quien todavía seguía acariciando el material peludo de sus pantalones de pijama. "Lo que es una cosa buena, supongo." se mordió el labio y estudió la cara de Karina.
"Agradecele a Dios por eso." Karina sacudió su cabeza. Ella todavia seguia completamente confusa con todo lo que estaba pasando en los últimos dos días.
Un ruido las sacó de sus pensamientos y ambas, Karina y Yeji giraron sus cabezas. Winter estaba en frente de la vitrocerámica con la sartén volcada ahora en el suelo.
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yellow - winrina
Storie d'amoreKarina Yu odiaba a Winter Kim, simple y llanamente. Por supuesto, ¿quién podría culparla? Winter había sido la que leyó los textos privados de Karina frente a toda la cafetería, obligándola a salir del armario. Karina se fue a Nueva York con sus tr...