Diciembre 1993Diciembre llegó y con él, la navidad.
Diana y yo ya estábamos acostumbradas a estar en ese año. Seguíamos teniendo cuidado en no "meter la pata" y no revelar nada del futuro, aunque nos costara.
Era raro vivir sin los adelantos de nuestra época, pero es verdad que estábamos más tranquilas, yo más que Diana, pero estábamos bastante bien.
Durante este mes y medio aquí, había descubierto que las verdaderas hijas de Lucas y Rachel, les gustaban hacer muchas cosas que a nosotras en nuestro tiempo. Susie era como yo, le gustaba cantar y había descubierto que tenía una libreta con canciones, muchas de ellas, eran las de Michael.
En fin, en cierta manera, era un alivio saber que, aquellas chicas, eran muy parecidas a nosotras.El día de Nochebuena, papá, nos dijo durante el desayuno que tío Frank vendría a cenar con su mujer a casa. Vi como mamá sonreía ampliamente cuando papá nos lo comunicaba. Sabía que algo ocultaban, había aprendido a conocerlos bien durante estos días aquí.
No quise decirles nada, ya hablaría con Diana, quizás ella pensaba como yo.
Pero fue imposible hablar nada con mi amiga en todo el día. Estuvimos el resto del día ayudando a mamá a preparar la cena y entre una cosa y otra, cuando me di cuenta, ya era la hora de cenar. Los invitados estaban a punto de llegar.Me encontraba terminando de vestir, cuando oí que llegó tío Frank con su mujer. Metí prisa a Diana, que aún estaba en el baño duchandose.
"Esta mujer siempre igual, esté en el año que esté ", pensé.
Así que decidí bajar yo sola, mientras mi mejor amiga, terminaba.
Me había puesto un bonito vestido negro de terciopelo, junto a unos zapatos del mismo color. Había dejado mi pelo suelto y me había maquillado sutilmente.
Al entrar al salón, vi a tio Frank que me presentó a su mujer.
- ¿Y a mi no me saludas?- oí una voz detrás de mí, que me paralizó en ese momento.
Esa voz que reconocería hasta dormida.
Me giré y lo vi ahí, en el salón de mi casa. Me tuve que agarrar al respaldo del sofá o me caía allí de la impresión.
-¿Michael?- pregunté entre sorprendida y sin creerme que estaba allí.
- El mismo.
- ¡Dios!- susurré.
- No tenía con quién cenar esta noche y le dije que se viniera con nosotros- dijo tío frank.-Llamé a tus padres y no se negaron.
No pude contestar, llegó Diana, quién al verlo allí, gritó.
Él se rió.
-No muerdo, ¿Eh?- dijo riéndose.
- Es ... Es... ¡Es Michael Jackson!- dijo como si jamás lo hubiera visto.
- El mismo- repitió.
Yo pensé que el pobre pensaría que parecíamos tontas con nuestra reacción.
- Vaya dos- oí decir a papá, quién saludó a Michael con un abrazo.
Luego, nos indicó que nos sentáramos a la mesa, la cena estaba lista.
Casualidad de la vida, Michael se sentó entre Diana y yo. Y tras relajarme y aceptar que estaba sentado a mi lado, descubrí que era aún más perfecto de lo que creía.
La humildad con la hablaba y lo divertido que era, me hicieron ver cómo era en realidad el grandioso Michael Jackson.
Sabía que aquella nochebuena sería diferente en muchos aspectos, jamás la olvidaría.
Sentada en un sofá con Diana y Michael, después de cenar, sabía que no podría pedir nada más.Pasada la medianoche, tío Frank anunció que se tenían que marchar, tenía que llevar a Michael a Neverland.
- Si, por favor. Mañana espero a Elizabeth en casa y me dijo que vendría temprano.
Todos nos despedimos y, cuando Michael y yo nos abrazamos, sentí un pellizco en el pecho.
¿Qué pasaba?
Antes de irse, se giró y nos preguntó a Diana y a mí:
- ¿Queréis venir un día a Neverland conmigo?
Mi amiga y yo nos miramos emocionadas.
- ¡Si!- dijimos al unísono.
Él rió.
- Frank, cuando Diana y Susie quieran, ven a por ellas y las llevas allí.
- Por supuesto, Mike.
Y, al irse, nuestras miradas, volvieron a encontrarse, haciéndome sentir lo mismo que minutos antes.Días después, antes del fin de año, estando en la habitación leyendo, entró Diana como una bala.
- Cada día me queda más claro que tú lo que tienes que hacer aquí, tiene que ver con Michael.
- ¿Qué dices?- dije mientras leía.
- Frank ha llamado y le ha dicho a nuestro supuesto padre, que el viernes estamos invitadas a Neverland.
Cerré el libro, lo dejé sobre la cama y sentándome en ella, dije:
- Te estás volviendo loca, ¿por qué va ser con él?
- Tía, todo lo que hacemos aquí, tiene que ver con él.
Suspiré.
- Si tú lo dices...- dije y me volví a tumbar para seguir leyendo.
- Tiempo al tiempo, Susi- dijo ella y salió de la habitación.
Cuando cerró la puerta, me quedé mirando hacia allí. Mi amiga tenía razón, yo pensaba igual, pero no lo creía. Llevaba pensando unos días en eso, pero no quería decirlo.
Suspiré de nuevo y me pasé las manos por la cara, ¿Por qué yo?Los días pasaron y el viernes llegó, y con él, el ir a Neverland.
Cuando el coche de Frank cruzó las puertas del rancho, no creía lo que mis ojos veían. Mi corazón palpitaba descontrolado.
- Este sitio es una maravilla - oí decir a Diana.
- Lo es- dijo Frank.
Paró delante de la casa y allí, estaba Michael esperándonos.
En su cara, una espléndida sonrisa lucia, dándonos la bienvenida.
Sentí un pellizco en el estómago cuando, al llegar a su lado, nos saludó a ambas con un abrazo. ¿Qué sucedía? Me iba a volver loca en cualquier momento...Amablemente, Michael nos enseñó el rancho. Solo íbamos él, Diana y yo.
Me encantó todo, sobre todo la parte del zoo y ver tantos animales y lo bien cuidados que estaban. Eran estos momentos, los que echaba de menos lo tener mi teléfono móvil a mano para hacer fotos.
Después del paseo, nos sentamos en el porche de la casa, para tomarnos un refresco.
Notaba la mirada de él varias veces fija en mí. Yo intentaba hacer como la que no me daba cuenta y hablaba con Diana y con él.
- Oye, Michael, me hace mucha gracia la canción "Dirty Diana"- dijo mi amiga mirándolo.
Le di una patada por debajo de la mesa. Quería evitar que dijera alguna barbaridad.
-¿Si? ¿Y eso?- preguntó Michael mirándola.
Rogué al cielo que no dijera nada malo.
- Me llamo Diana, quizás sea eso- respondió ella captando mi mirada.
- Pero esa canción trata de una chica que le gusta seducir a todo los chicos. No creo que tú seas así, Diana - respondió Michael riéndose.
- Diana...- suspiré aliviada.
- No he dicho nada malo, Susie- dijo ella encogiéndose de hombros.
- ¿Y tú canción favorita cual es?- me preguntó Michael, volviendo a clavar su mirada en mí.
- Remember the time- dije sin dudar.
Él arqueó las cejas. Sabía que lo había sorprendido con aquello, pero después empezó a sonreír.
- Buena elección- respondió.
Miré a Diana, quién nos miraba a los dos. Mi amiga arqueó las cejas y sonrió. Sabía lo que me encantaba esa canción y lo que significaba para mí. No sabía por qué, pero aquella canción, cada vez que la escuchaba, me acercaba a él de alguna manera.La velada acabó cuando tío Frank nos aviso para llevarnos a casa. Por alguna extraña razón, no quería irme. Cada segundo que pasaba junto a Michael, hacía que menos quisiera separarme de él.
¿Sería eso a lo que se refería aquella mujer? ¿Tendría que enamorarme de él? Pero, ¿Cómo iba a soportar que eso pasara y después dejarlo sabiendo todo lo que iba a pasar?
Suspiré mientras me dirigía hacia el coche de nuestro tío, mientras lo oía hablar con Michael. Salí de mi ensoñación cuando noté que alguien me sujetaba del brazo. Me giré y me lo encontré sonriendo. Tomó mi mano y después de darme un beso en ella, dijo:
- Espero verte pronto, Susie.
Asentí, no pude hablar tras aquel gesto, pues en ese instante, mientras nuestras miradas estaban conectadas, sentí como mi corazón se derritió allí mismo.
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Remember the time (Completa)
Fanfic¿Qué pasaría si, un día, despiertas en el pasado después de leer un hechizo que creaste cuando apenas tenías ocho años? ¿Y si en ese viaje al pasado conoces a tu cantante favorito y os enamorais? ¿Podrías saber que has sido enviada al pasado para a...