Capítulo 27

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Alaia

Charlie pasa por mi lado como ido, no me responde, se nota afectado por algo que le ha de ver sucedido, (me pregunto) su ropa estaba impregnada de rojo, que supongo que debe ser, ya es más de medio día, vaya día de cumpleaños que he tenido, pero es mucho mejor, así no me acuerdo de aquel cumpleaños de hace un año

Todo el día ha acontecido con normalidad, de hecho, la mansión se la ha sentido un poco silenciosa, demasiado diría yo, la rubia e Yván comieron en su recamara, estamos en la mesa del comedor dentro de la cocina cenando, doña Azucena, Georgina y yo, cuando escucho a alguien gritar

—¿DONDE ESTA LA CENA? – QUE NADIE EN ESTA CASA PIENSA COMER O QUE? – TENGO HAMBRE

Era Charlie, y se escuchaba raro, parecía que había bebido.

Salimos de la cocina y efectivamente, no se podía parar de lo tomado que estaba, en el tiempo que he estado aquí jamás lo había visto así, doña azucena va donde el

—Mi niño que te ha pasado, vamos a tu recamara: le dice ella, él se suelta de su agarre

—No quiero ir a mi habitación quiero comer, tengo hambre, se acerca a mi tambaleando

—Mi dolli hermosa, (empieza pasar su mano por mi rostro) tan bella como peligrosa, tan única, tan tú, discúlpame por dejar que casi te maten esa vez, y por todas las tantas estupideces que he provocado, no lo mereces, te he tratado como basura, (se tapa la boca con una sonrisa picarona) que estoy diciendo, bueno ya lo dije ni modo, se da vuelta y se dirige a las escaleras de nuevo para subirla —Ya me paso el hambre, ahora tengo sueño. A media escaleras se para me apunta y dice —Te alistas que mañana salimos a Italia y sigue subiendo, rechazando la ayuda que le quería dar doña Azucena para subir con él, cada paso que da se tambalea

Limpiamos la cocina y me dirigí a mi habitación, con la puerta que no cierra bien, el cerrajero no vino a arreglarla, ya casi daban la media noche, y esos asquerosos recuerdos vienen a mi mente de aquella noche, hasta hoy en día sigo teniendo asco, lo que me hace sentir un poco mejor es saber que está en una reja, sin poder salir ni hacer a otras lo que a mí me hizo.

Me observo en el espejo y veo aun algunas marcas de aquellos días tan horribles que viví en ese lugar, observo mi habitación muchos papeles, computadora, haciendo lo que me gusta pero no de la manera que alguna vez pensé hacerlo, un gran suspiro sale de mí, me acerco al balcón en ropa interior, y pienso como toda mi vida es un caos, vivo por vivir, no de la manera que hubiera deseado vivir, aunque bueno creo que nunca viví al cien, ahora hay adrenalina en mi vida, y realmente no sé cómo ando viviendo y aguantando todo

Veo la puerta abrirse, una sombra en el umbral de la puerta se coloca: —Feliz cumple mi dolli, pensaste que no me iba a enterar

Su voz, esa voz media ronca que me agradaba escuchar, pero no me siento feliz porque alguien me felicite por mi disque día

—Ah gracias creo: le respondo (formado una media sonrisa de lado)

Se acerca lentamente, hasta quedar frente a mí, lo observo hacia arriba, el cuarto oscuro solo se ilumina por la luz de la luna

—Traje champagne para brindar antes de terminar tu día: él dice

—Bueno si lo quieres, aunque ya estas bastante tomado la verdad

—Que importa, solo quiero brindar contigo, mi pequeña Alaia (me acaricia el rostro, su mano esta tibia y suave, cierro los ojos en automático al sentirla en mi rostro)

—Ty takaya krasivaya, moya kukolka

*ty takaya krasivaya, moya kukolka = eres tan bella mi muñeca

La Hija del General (+21 En Proceso Y Editando...)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora