La Hija del General (+21 En Proceso Y Editando...)

Capitulo 8

Leopoldo Aguilar

-Debes contener tu ira, la vas a matar un día de estos y ya no te va a servir (me dice Ángelo)

-Cállate que eso es poco lo que esa zorra se merece

-Deja de llamarla así, tiene su nombre se llama Alaia

-Le agarraste cariño a la zorra esa (le digo mientras me limpio en mi camisa mis nudillos de sangre)

-Esto es demasiado, ella no tiene la culpa de nada

-Ser hija del general es motivo suficiente para que la quiera tres metros bajo tierra

-Hablar contigo es hablar con el aire, esperemos que despierte pronto

-Me vale, le contesto, mientras me siento en el sofá de mi oficina y el sale azotando la puerta

Empiezo a recordar lo sucedido estos últimos días, eran torturas tras torturas, días esperando a que se recupere, recuerdo que la tuve toda una semana sin comer por el hecho de que intentó suicidarse, se cortó las venas en chantaje se me estaba desangrando, tuve que llamar al médico, subirla a una habitación, y esperar a que despierte e inmediatamente la encerré en una celda colgada de los brazos, para que aprenda la lección, es una mujer de armas tomar, no se deja, aunque últimamente la noto más callada, está más pálida, lo oscuro debajo de sus ojos se hace cada más notorio, está más delgada, pero no puedo doblegarme ante ella, es la hija de la maldita que cambio a mi padre por el general, claro como mi padre no tenía nada y recién estaba empezando en su trabajo y el otro ya era Teniente sobresaliente, logro subir de categoría en menos años porque supuestamente era el mejor de su fuerza esas son puras chiviadas, mi padre amaba a esa mujer y ella lo dejo, después de leer su carta al encontrarlo con una bala en su cabeza prometí que vengaría su muerte, dejaría el clan en la cúspide de América y eso debo hacer, por eso mande a matar a Sokolov, y espero sigua en coma el maldito, disfrute tirarle una bala en la cabeza a la maldita Alana, y Alaia es tan parecida a su madre, pero tiene ese maldito carácter que tanto detesto, detesto que no me tenga miedo, que no tenga miedo de contestarme de retarme, pero lo del club no podía permitirlo

Flasback

Estaba en su show de costumbre, bailando en el tubo enla sala principal, sin duda lo hacía fenomenal, su cuerpo se fusionaba con el baile, creando una imagen que deleitaba a quienes la miraban, la otra niña estaba vestida de mesera con una falda corta que dejaba ver sus muslos, atendiendo con bebidas a los clientes, ella bajo de la tarima donde uno de los jefes a hacerle su baile mensual como de costumbre al hombre, empezó a tocarla, ella le daba asco, pero esa era la reglas, que la toquen hasta donde ella permitiera y para mi alivio, no dejaba que se sobrepasen con ella, era un diamante en bruto lo sabía pero sinceramente no quería que nadie me la ultraje, el dinero se lo colocaban en su traje pero sin tocar mucha piel, pero ese día, ese maldito día, ese empezó a querer tocarle sus pechos ella le empujo las manos, ni siquiera se sentaba en sus piernas de los hombres a menos que ella así lo quisiera y eso era muy rara vez de hecho en todo este tiempo solo había hecho dos veces, una con Charlie y otra con un nuevo socio, pero con nadie absolutamente con nadie ella dejaba que se sobrepasaran, no permitía ni que le toque los pechos, ni poner su mano por encima de su intimidad, ese asqueroso si le dio una nalgada primero, ella volteo y le puso mala cara moviendo el rostro en forma de negación, se estaba subiendo a la tarima de nuevo para continuar su show, cuando el tipo la abrazo por atrás y le empezó a tocar los pechos, ella dio la vuelta y le dio un manazo que lo tumbo encima de la mesa quebrando las botellas que estaban en esta, se levantó de golpe y me la encañono por atrás, inmediatamente me levante de la barra dirigiéndome hacia donde estaba sucediendo todo

-Suéltala (le digo apuntándole con mi arma)

-No que al cliente lo que pida, ella no obedece y debe morir, mientras le pasa la lengua por toda la mejilla (ella lo mira con asco y repulsión)