hold the line || nick leister

megan's story

| contenido delicado |
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[baby megan]

Megan Aixa Dagger Lexar aprendió a su corta edad de 8 años, que la vida no es tan bonita como la pintan en los cuentos de hadas, la vida se trata de sobrevivir, luchar, defenderse, superar e intentar ser fuerte. Claro que este pensamiento lo construyó por una razón y esa razón tenía nombre y apellido, Ana Lexar, o mejor conocida como su "querida" madre.

Después del nacimiento de su querido Thomas, Ana deseaba volver a ser madre una vez más y así tener dos hermosos hombrecitos que la protegieran al crecer. Pero cuando finalmente quedó embarazada, la noticia de que iba a tener una niña le cayó como un balde de agua fría, los celos se apoderaron de todo su ser y creyó que la bebé tarde o temprano iba a quitarle toda la atención de su hijo y su marido.

Ana estaba negada a que aquello se cumpliera y en poco tiempo su revoltijo de sentimientos fue incrementando a odio puro por la niña, fue inevitable el cambio rotundo de su personalidad, aún seguía siendo una excelente esposa y una madre excepcional para Thomas, pero con Megan la mujer era como el mismísimo satán.

Megan comenzó a crecer y a notar que sus compañeros de escuela siempre contaban maravillas de sus madres mientras que la suya sólo se dedicaba a jalarle el pelo, golpearla cuando según ella hacía algo mal, romper los dibujos que le obsequiaba y gritarle por absolutamente todo siempre que no estaba su padre, John. La pequeña notaba que con Thomas la cosa era diferente, ella lo trataba con dulzura, lo abrazaba y le decía que lo amaba con su alma.

En ese momento comenzó a creer que la equivocada era ella y su madre tan solo estaba enseñándole modales por lo que se esforzaria en mejorar para conseguir su total aprobación.

A sus 11 años comenzó a rendirse, aprendió a maquillarse para tapar las marcas y comenzó a mentir para poder ocultarse en su habitación, sin siquiera salir a cenar. Las duras golpizas que le propinaba su madre la dejaban destrozada, llena de moretones de distintos tamaños y colores. El miedo se volvia parte de su ser cuando su madre estaba cerca, la mujer la amenazaba constantemente para que no pronunciara ni una palabra de lo que le hacia por lo que no quería que ni su padre ni su hermano la vieran porque luego se las vería peor con Ana.

A sus 12 años se dejó de preguntar qué estaba haciendo mal con su madre y comenzó a creer que todo era merecido, que todo lo que hacía estaba mal. Fue su hermano el primero en darse cuenta de que algo andaba mal con la menor al ver que tanto su estado mental como físico se deterioraba a cada momento y que cada vez que él regresaba del instituto podía escuchar el doloroso llanto de Megan desde su cuarto. El pequeño Thomas intentó hablar con su adorada muchas veces pero era imposible sacarle una palabra ya que su madre siempre aparecía en escena haciendo que Megan se tensara por completo.

En ese instante Thomas comenzó a sospechar de Ana y no dudó en contarle a su padre.

Fue un 14 de noviembre cuando todo se salió de control. Una Megan de casi 13 años se encontraba en su habitación leyendo un libro sobre conducta infantil con manos temblorosas, su madre la había obligado a leerlo para aprender modales ya que decía que jamás iba a ser una buena niña.
La niña intentaba hacer todo a su alcance para que su madre la amara pero en su mente bien sabía que eso iba a ser imposible.

Su piel se erizó bruscamente al escuchar su puerta ser abierta de golpe, dándole paso a la esbelta figura de Ana.

-Maldita niña, ¿estás leyendo el libro que te dije? ¿o siquiera eso puedes hacer bien?- Megan sabía lo que se venía.

-S-si madre, llevo más d-de la mitad.- el tartamudeo se hizo presente en su voz como cada que estaba a solas con Ana y la niña quiso auto golpearse porque sabía que eso iba a cabrearla mucho.

-¿¡Qué te he dicho sobre tartamudear!?- los gritos de la mujer hicieron acto de presencia y pronto Megan sintió como jalaba bruscamente su cabello, dejándola con el rostro hacia arriba.

-Lo lamento madre, no me lastimes.- de los ojos de la pequeña ya brotaban lágrimas cargadas de miedo y dolor.

-Hubieras pensando antes en eso, pequeña rata.- y así Megan supo que otra vez iba a tener que ir a dormir sin cenar.

Ana tomó con más fuerza en cabello de su hija y la arrastró escaleras abajo cegada de furia, no entendía como esa niña no hacía nada bien, si tenía suerte iba a deshacerse de ella ese mismo día.
Al encontrarse en el living la soltó bruscamente ignorando sus súplicas y comenzó a golpearla sin importarle nada más, solo quería que la niña desapareciera de su vida.

La joven dejó de pronunciar sonido al sexto golpe a puño cerrado, esta golpiza estaba yendo mucho más allá que las anteriores y su cuerpo se encontraba muy débil, creyó firmemente que esta vez no iba a aguantar pero como si fuera un milagro, John llegó de recoger a Thomas de la escuela y vió con horror la escena que se formaba frente a sus ojos.

Lo último que escuchó Megan antes de desmayarse fueron gritos desgarradores, sirenas de policias y a su madre jurando que cuando saliera, iba a volver a por ella, pero la pequeña solo pudo sentir el alivio de oír a su padre decirle que a partir de ese momento iba a ser feliz.

El día en que Ana se fue, Megan comenzó a vivir.

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- Un poco de la historia de Megan, bastante fuerte pero según mi criterio, necesaria para la historia.

- Quería contar su historia para que se entendiera un poco mejor su comportamiento y algunas de sus decisiones.