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Holaaa... Cuanto tiempo.
En este capítulo haremos un viaje al pasado de Rose para que sepan de dónde salió todo el odio de los vampiros y porque sienten tanta sed de venganza.
Espero que lo disfruten.

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Rose

Hace nueve años


—¿Quién es ella?— preguntó Lucas al lado mío.

—¿Qué le pasó?— pregunté al ver como salía sangre de su abdomen.

—Sácalos de aquí—. Le dijo papá a mamá.

Ella nos llevó hacia la sala y no prestó un juego de ajedrez. Pero yo no podía concentrarme en el juego. Mi mente seguía pensando en esa niña accidentada y en como su familiar la trataba. Ella lloraba, porque obviamente le dolía, pero él la mandaba a callar llamándola débil.

Pasadas dos horas escuché como papá hablaba con el señor y le explicaba que era mejor se quedara con nosotros hasta que mejorara. Este aceptó y se fue dejando a la pequeña en nuestras manos.

Al otro día mamá se sentó a hablar conmigo y con Lucas, y nos explicó que la niña había tenido un accidente y que se quedaría con nosotros un tiempo, así que yo me ofrecí a ayudar en lo que pudiera. Papá me dejó entonces llevarle la comida y a veces me dejaba cambiarle la cura.

—¿Cómo te hiciste eso?— le pregunté y ella no dudó en responder.

— Un animal salvaje me atacó y yo no pude actuar a tiempo—. Respondió como si estuviera contando la mejor historia de su vida.

— ¿Era muy grande?— volví a preguntar, más enganchada a la historia.

— Era del tamaño de una furgoneta—, habló con un tono exagerado— todo su cuerpo se hallaba cubierto de pelo y sus ojos eran de un rojo oscuro. Era como mirar al mismo diablo—. Siguió hablando mientras limpiaba una daga plateada.

—No te creo—. Dije entre asombrada y divertida.

—¿Nunca te has enfrentado a un demonio?— preguntó y yo bufé.

— Los demonios no existen—. Respondí— Ni los fantasmas, ni nada sobrenatural.

—¿Cómo puedes estar tan segura de ello?— me preguntó.

— Porque nunca he visto a ninguno. Y si no lo veo no lo creo—. La chica de cabello castaño me miró en silencio por un momento.

— Cuando me sane te llevaré a un lugar—, dijo y después añadió— pero no le puedes decir a nadie, ni siquiera a tu padre.

—¿Y eso para qué?

— Te voy a mostrar algo sobrenatural—. Concluyó.

Me quedé en silencio pensando en su sería lo correcto. Nunca había visto algo sobrenatural y la verdad no creía en esas cosas. De seguro me estaba probando.

—Acepto.

Una semana después la chica se encontraba mucho mejor. Papá la dejaba cenar con nosotros en la mesa y hasta dormir en mi habitación. Ambas compartíamos la misma cama, pero no me importaba. Ella me había contado que en su casa dormía en el sótano junto a otras criaturas. Sin embargo aquí la tratábamos como a una más de la familia.

La Sed De Los Vampiros [Sin Corregir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora