Epílogo: Último mensaje de Alba

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La vida como se conocía en el bosque de Neue Welt había cambiado con el paso de los años.

Exactamente habían pasado diez años desde la última vez que había caminado por sus tierras en forma humana.

Desde entonces todas las personas a las que había conocido, tanto para bien como para mal, habían cambiado el rumbo de sus vidas. Empezando por Rose, mi mejor amiga y hermana desde el día en que llegué al orfanato.

Ahora tenía veintisiete años y formaba parte del aquelarre más fuerte en ese bosque. Su cabello había crecido, aunque ella solía traerlo recogido en una cola alta. Su rostro seguía pareciendo tan joven como la última vez que la había visto: beneficios de ser inmortal.

Sus poderes habían madurado por completo al cumplir sus dieciocho años y desde entonces su fuerza solo iba en aumento, algo que hacía a Alisha muy orgullosa, pues para ella Rose se había convertido en su hija en el mismo decía en qué la aceptó en su hogar. Aunque la bruja ahora tenía dos gemelos, frutos de su relación con un hombre lobo, seguía queriendo a Rose como lo había hecho desde un inicio.

Por otro lado estaba Jarek. El joven alfa que había decaído luego de la pérdida de Lune. Toda su manada había quedado devastada al recibir la noticia de que su Luna había muerto. Nadie se esperaba que eso fuera posible. ¿Por qué la Diosa Luna les haría esto?

Fueron años de ruego hacia su diosa antes de que esta les enviara una nueva Luna. La misma se llamaba Amalia y había vivido toda su vida esperando la llegada de su compañero. Esto fue un milagro, pues nunca en una manada se había recompensado la muerte de una Luna con otra. O tal vez fue algo más.

Dasher no había tenido la misma suerte. Aunque habían muchas lobas rondando a su alrededor, él no lograba encontrar alguien que llenara el vacío en su interior y el no poder morir solo lo volvía más loco. Llegó incluso a un punto en qué el alfa de la manada tuvo que encerrarlo dentro de una jaula, pues su sufrimiento lo estaba consumiendo por completo, sacando su lobo interior, quien se encontraba muy molesto.

Sus compañeros Edgar y Areu se enteraron de lo que estaba ocurriendo y avisaron a Aiker. El mismo buscó en todas partes una cura, pero no habría nada mejor para el lob que la muerte. Por supuesto yo no podía dejar que eso ocurriera.

Fueron cuatro años después de mi muerte. Dasher se encontraba encadenado dentro de la jaula en la que Jarek lo tenía encerrado. Su cabello había crecido y había rastro de barba en su rostro. Esa mirada tan seria y cargada de misterio que siempre mostraba, ya no estaba. Era todo tan diferente en él que apenas podías notar algún parecido en lo que era antes con lo que era en ese entonces.

— Déjame—. Pidió con la voz entrecortada— Ya que no puedo morir, déjame sufrir en silencio por toda la eternidad—. Sus palabras me causaron tanto dolor que no pude evitar hacerme visible para él.

Cómo ocurría cada vez que me transformaba, una túnica roja era lo único que me tapaba por completo. La capucha que tapaba mi rostro fue desechada hacia atrás, dejándome a la vista del chico que lentamente elevó la cabeza. Al verme, sus ojos oscuros se llenaron de lágrimas que no pudo contener. Yo estaba ahí, pero él no se lo creía del todo.

— Soy yo Dasher—, le expliqué — soy real.

— No—. Respondió — No eres ella. Soy yo que estoy perdiendo la cabeza—. Me acerqué y bajé mi cabeza para que sus ojos me miraran.

— Tal vez no lo creas,pero aquí estoy. He venido por ti—. Confesé— Tus sentimientos llegan hasta lo más profundo del bosque. Tú dolor se funde con cada pequeño milímetro de mi ser y no puedo evitar sentirme mal por ti. Así que vine a arreglar este problema—. Dasher elevó la mirada confundido y frunció el seño.

La Sed De Los Vampiros [Sin Corregir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora