Capítulo 4

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Un dolor de cabeza profundo me hace abrir los ojos con dificultad. Al principio no me sé ubicar, pues estoy acostumbrada a mi enana habitación. Cuando lo hago giro la cabeza para ver el despertador y ver la hora. 

Las doce y media de la tarde.

Doy un salto de la cama y busco mi uniforme aguantando las ganas de caerme al suelo que me dan cuando me levanto.

Me pongo mi uniforme a toda prisa y después paso un par de veces el cepillo por mi pelo.

Cuando salgo, mi jefe está apoyado en la pared de enfrente. Los recuerdos de anoche invaden mi mente.

Me acorraló contra la puerta, me susurró al oído y me miró con deseo, por no mencionar que, cuando se alejó, estaba duro.

Sé lo que vi, pude ver toda su extensión, no pude habérmelo inventado. 

Mientras pienso en ello, de alguna manera pude darle unas disculpas a mi jefe y ahora estamos bajando por el ascensor. Todo esto lo he hecho en automático.

Bueno, vamos a llegar tarde a una reunión con Don Perfecto y aún no ha dicho nada, de hecho, ni me ha mirado. Cuando me he disculpado me ha dicho un escueto "no pasa nada" y hemos empezado a andar.

Algo va mal.

Llegamos a la reunión planeada para hoy, nos disculpamos con el empresario y el nos dice que no pasa nada, al fin y al cabo nos hemos retrasado unos pocos minutos.

La reunión va tal como esperaba, mi jefe frío como el hielo y la otra persona cooperando activamente, lo que acaba en un acuerdo beneficioso para ambos. Siempre es igual, Leonardo no hace una reunión si no sabe que va a ganar, su tiempo es escaso.

Tomó una respiración y lo miro, no hemos intercambiado una palabra desde lo de esta mañana.

No sé si simplemente no se ha levantado hablador o es que me está aplicando la ley de hielo porque sigue enfadado conmigo.

Bueno, si sigue enfadado es su problema. Yo ya me he disculpado, tampoco voy a arrastrarme por el suelo para pedir su perdón. Además, ya está hecho, lo máximo que puedo ofrecer es una disculpa y un "no volverá a suceder", no puedo retroceder en el tiempo para levantarme antes.

Llegamos al hotel y comemos en cuanto llegamos porque ya casi es la hora de cerrar el comedor.

Cuando estoy metiéndome otra pinchada de macarrones a la boca habla.

-Anoche te dije una hora, ¿No?- pregunta, haciendo que abra los ojos con sorpresa.

Así que es eso.

-Si- murmuro, algo avergonzada al recordar lo de anoche.

-Y, además de llegar dos horas después, te traes a alguien con quien pasar la noche- suspira- Ayer la cagaste de muchas maneras, Gema-

-¿Y qué quiere que haga? Ya está hecho, no es como si pudiera volver en el tiempo- no lo dejo contestar y continuo- Además, no entiendo porque tiene que meter a Matteo en esto, no debería importarle con quién paso la noche-

-Estoy en la habitación de al lado, Gema- contesta, haciéndolo como el mayor problema del mundo.

-¿Y qué? Yo he tenido que escuchar sus gemidos con las que se trae al despacho y nunca me he quejado- doy un pequeño golpe a la mesa. Esto es increíble. ¿Se queja por follarme a alguien en la habitación de al lado? Yo he tenido que escuchar a sus rolletes gemir mientras estaba detrás de la puerta diciéndole que había que ir a una reunión, no es el más indicado para hablar.

-Te recuerdo que tú eres la empleada y yo el jefe- no aguanto más y me levanto, casi tirando la mesa en el proceso- Y cuidado con lo que dices, te recuerdo que tú vida depende del sueldo que yo te proporciono-

Eso hace que me muerda la lengua. Iba a contestarle algo completamente fuera de lugar pero trato de calmarme.

Me siento bruscamente en la silla, mostrando mi enfado.

-Tu a mi me debes un respeto, creo que en eso entra no follarte a alguien en la habitación de al lado. En cambio, yo a ti no te debo nada- pronuncia, haciendo que la ira recorra mis venas a una rapidez inmensa.

-No se preocupe, no me lo voy a follar en la habitación de al lado. Voy a llamarlo ahora mismo para que me lleve donde le dé la gana y así pueda echar un polvo de una vez- casi chillo, cogiendo mi bolso y me voy rápido de allí.

Llamo a Matteo, obviamente no iba a follarmelo, no soy el. No hago una llamada y ya tengo a alguien entre mis piernas.

Solo pasaré el día con el, ya no tengo nada más que hacer y eso es mejor que aguantar a mi jefe.

No entiendo porque sigue hablando de eso. Ese es el menor de los problemas. El problema fue que llegara tan tarde, pero no el hecho de traerme a alguien.

Sonrío cuando coge el teléfono.

-Hola- saludo alegre, tratando de dejar mi enfado atrás

-¡Gema! Qué alegría oírte- saluda alegre, haciendo que sonría más.

-¿Estás libre ahora? Me acabo de pelear con mi jefe y necesito un respiro-

-Por supuesto, ¿Te recojo en el hotel del otro día? Me acuerdo de la dirección-

-Si, estoy ahí justo ahora-

Finalmente nos despedimos y voy al recibidor a esperarlo, no voy a correr el riesgo de subir a mi habitación y encontrarme con Leonardo.

Me acomodo en un sillón y miro al ventanal, a la espera.

Cuando llega, me lo hace saber dando un pequeño pitido, cuando lo veo una sonrisa invade mi cara y voy hacia el.

-¡Hola hola!- saluda, haciéndome reír.

-Hola- saludo. Nos montamos en el coche y vamos a una cafetería que está a unos minutos del hotel.

Empezamos a hablar un poco de nosotros y me confiesa que anoche me iba a usar para olvidarse un rato de exnovio, ya que lo tenía harto con idas y venidas.

No lo juzgo, todos lo hemos hecho, hasta inconscientemente.

-Y bueno, cuéntame qué ha pasado con el buenorro de anoche- alza las cejas un par de veces, haciéndome reír y suspirar después.

-Es un gilipollas, se mete donde no lo llaman-

Le cuento resumidamente todo y, cuando levanto la cabeza, me mira con los ojos muy abiertos.

-Le gustas- afirma, haciéndome soltar una carcajada- ¿De qué te ríes? Le gustas y estaba muerto de celos-

-¿Qué dices? Si hasta podría afirmar que me odia- río, ahora amargamente- Me trata fatal, como si fuera su esclava-

-Eso es porque es un gilipollas con dinero, todos son así- reímos.

-No lo creo, de verdad. Todas las mujeres con las que ha estado son lo contrario a mi: Altas, rubias y con buenas tetas, no soy para nada su tipo-

-Yo que sé tía, pero esa reacción no es normal, algo pasa-

-Lo que pasa es que no le gusta ver a la gente feliz, ya está. Es un amargado y nos quiere amargar a todos-




Buenasss
Aquí está el nuevo cap
Algunos habrán venido de tiktok he subido uno y ya tenido más visitas de las que esperaba
Os digo que os quedéis, el libro promete aunque tenga pocos caps
Bai bai

SecretariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora