Capítulo 8

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Ha pasado una semana desde el viaje, mis dudas sobre gustarle a mi jefe y viceversa se han despejado, definitivamente me odia.

Y es porque no deja de cargarme trabajo extra antes de irme.

Justo cuando me quedan cinco minutos de jornada llega y me manda una tarea en la que tengo que trabajar media hora y hacer esperar a mi hermano en el coche.

Al principio era normal, tenemos el evento en dos días y eran cosas en relación a ello, pero ya no, ahora son cosas absurdas que no sirven de nada para las próximas reuniones.

Cuando lo veo llegar de nuevo a mi mesa sé lo que va a decir, miro la hora y, efectivamente, me quedan cuatro minutos.

-Gema- me llama, yo levanto la cabeza tratando que no se note mi enfado. Y ahí está, hablando de mi nueva pérdida de tiempo. Cuando termina abro la boca exageradamente.

¿Qué?

Tendría que estar al menos media hora haciendo todo eso.

-Señor, con todo respeto. No me puede mandar eso a siete minutos de mi final laboral, no me da tiempo ni a hacer un cuarto del trabajo- me quejo, tratando estar lo más calmada posible.

-Pues tu sabrás, pero de aquí no sales hasta que acabes-

-No me puede obligar a hacer horas extras si no quiero, es ilegal-

-Ilegal mis huevos, yo te mantengo así que trabajas lo que yo quiera-

-Me voy a ir en cuanto sean las ocho, haya acabado o no- sentencio.

Mientras hablo, abro un nuevo documento y comienzo a escribir.

-No-

-¿Qué va a hacer para que no me vaya? Tengo piernas, me voy a ir en cuanto sean las ocho-

Quedan dos minutos.

-Te lo impediré-

-¿Me va a retener o qué? Se lo repito, tengo piernas- tecleo lo más rápido que puedo, importándome poco equivocarme, aporreo las teclas.

-Te retendré- gruñe. Tengo que pasar saliva por lo sexy que suena eso.

No es el momento Gema

-¿Me atará a la silla? Eso hágaselo a otras- bromeo. En realidad sé que me estoy pasando pero estoy demasiado cabreada para que me preocupe en este momento, se lo dejaré a la Gema del futuro.

-No- gruñe.

-¿Me va a hacer adivinar?- pregunto con burla, lo miro de reojo y después la hora. Falta un minuto.

-Adivina- hago como que pienso mientras mis dedos no se dejan de mover, realmente me alegro de tonar esas clases de mecanografía.

-¿Se arrodillará?-

-No-

-¿Hará que desmonten el ascensor?- 

-Suena a algo que yo haría, pero no- lo escucho moverse para ponerse detrás mía pero no me giro.

-¿Me esposará al ordenador?- es hora de irme, pero antes de poder siquiera pensar en ello habla.

-No- gira la silla, haciéndome quedar cara a cara con el- Y se te han acabado las oportunidades- me toma bruscamente del cuello y me besa.

Espera, ¿Me besa?

Si, estoy bastante segura de que esto es un beso.

Sus labios se mueven desesperados sobre los míos y yo simplemente me pierdo.

Todo el odio que sentía por el se ha evaporado, ahora solo hay deseo en mi interior. Así que, sin pensar demasiado, pongo mi mano en su nuca y sigo el beso.

Este es el mejor beso de mi puta vida, con solo besarnos ya estoy completamente mojada. Y esto aumenta aún más cuando nos separamos (por la falta de aire) y baja su boca a mi cuello, donde lame y muerde a su antojo.

-Leonardo...- gimo, sin poder aguantar la excitación en mi centro. El capta el mensaje y baja sus manos a mi entrepierna, donde desabrocha mi falda para empezar a tocarme.

Yo subo mi mano a su entrepierna, es muy grande.

Cuando desabrocho su pantalón lo siento sonreír en mi cuello. Bajo su boxer y ahí está.

Jo-der.

Es enorme.

Y está duro como una roca.

Lo separo de mí y hago que se incorpore. Después, sin pensarlo mucho, lamo la punta quitando el líquido pre-seminal que yace en esta. Cuando escucho su puto gemido me pierdo aún más.

Me la meto hasta la garganta.

Escuchar su gemido ronco solo hace que no me la quiera sacar, pero tengo que hacerlo para respirar.

La saco y después la vuelvo a meter menos, para no ahogarme. Aunque sería una muerte digna, la verdad.

Empiezo un vaivén con la cabeza que hace que gima más, lo que me sobra lo masturbo con la mano.

La saco, lamo el falo, doy la vuelta a la punta un par de veces y la vuelvo a meter.

En algún momento el toma el control absoluto, masturbándose con mi cara. No me molesta, la verdad.

Mientras, yo bajo la mano a mi hinchado clítoris para masajearlo al compás.

-Joder...- gime, envuelto en el placer que le entrega mi boca, cuando lo siento latir me emociono más y lo miro.

Me mira mordiendo su labio, con la cara completamente roja.

Cuando cruzamos miradas, me embiste más fuerte y suelta toda su descarga en mí, en mi garganta.

Mirando mis ojos fijamente.

En eso, yo también me corro, en cuanto recibo su semen acompañado de un gemido y de su polla en mi garganta no puedo más de dejo que el orgasmo me abrace.

Cuando lo suelta todo la saca de mí y yo me trago sus fluidos, tampoco los voy a escupir delante de el.

Automáticamente me doy cuenta de lo que acabo de hacer.

Y corro como si mi vida dependiera de ello

Tomo mi bolso y mi móvil pronunciando un débil "Lo siento" que no me molesto en corroborar si lo ha escuchado o no y salgo corriendo.

Obviamente, por el nivel de adrenalina en mi cuerpo no me voy a poner a esperar al ascensor, además, no quiero que me persiga, tengo que salir rápido de aquí.

Así que sí, bajo ocho plantas.

Voy al baño de la parte baja, miro la hora, 20:17. Joder, mi hermano tiene que estar a punto de salir a buscarme. Sabe el problema que tengo con mi jefe y no le gusta nada. Sé que si entra, se pelearan bastante fuerte.

Desde lo que pasó no deja que nadie se aproveche de mí.

Arreglo mi maquillaje que es un desastre, sobre todo los labios. Arreglo mi falda lo mejor que puedo y salgo. Cuando salgo del edificio el ya está fuera del coche.

-¿Te ha vuelto a hacer echar tiempo extra?- pregunta completamente serio, mi hermano cuando se enfada da miedo.

-No, esta vez ha sido mi culpa, no había acabado lo que tenía pendiente y lo he decidido yo misma-miento, el me mira no muy convencido y yo pongo la mano en su pecho- Vámonos, te invito a cenar- su expresión cambia a una de felicidad y vamos al coche.

Espero que me agradezcas lo que te acabo de quitar de encima, Leonardo.

SecretariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora