Capítulo 7

88 5 1
                                    

Hoy volvemos  a Los Ángeles. La verdad, no lo he pasado mal en este viaje. En los anteriores no tenía tiempo para hacer turismo, en cambio en este he hecho lo que me ha dado la gana. Aunque no sé si fue bueno o malo. 

Porque si, me acuerdo de lo que pasó anoche.

No sé qué es peor, que anoche le dijera que me mirara medio desnuda o las sensaciones que me provocó.

No, definitivamente lo peor es que me haya estado ignorando todo el día. 

Tampoco puedo culparlo, tuvo que ser realmente incómodo para el esa situación... ¿Y si cuando lleguemos me despide? Nah, Leonardo no tiene tacto, ya me habría despedido.

Estamos terminando de comer cuando me llega un mensaje de Matteo diciendo que está aquí para despedirse.

-Voy a despedirme de Matteo- lo informo, arrastro levemente mi silla y salgo corriendo del comedor.

Cuando llego frente a el le doy un gran abrazo, joder, lo voy a echar mucho de menos. Aunque nos conozcamos desde hace solo unos días se siente como algo de años. El ha sido quien me ha llevado por Roma, enseñándome lo más importante y lo más bonito.

Aún abrazándonos me susurra:

-Oye, ¿Tu jefe también se quiere despedir? Porque me está mirando con una cara...-

-¿Está ahí?- pregunto, rezando porque me dé una negativa.

-Si-me aprieta más contra su pecho y empieza a hablar más alto- ¡Te voy a echar de menos!-me levanta y da vueltas conmigo en brazos.

-¡Matteo! ¡Para!- río, el me obedece unos segundos después. 

-Mantenme informado de todo, ya sabes-

-Obviamente- río. Le doy un beso sonoro en la mejilla y el hace lo mismo, después nos decimos un último adiós y cada uno va por su lado.

Segundos después mi móvil vibra en mi bolsillo.

Matteo: Creo que estoy enterrado en su mente

Matteo: Nunca antes me habían mirado con tanto odio

Yo simplemente le mando un mensaje riendo y voy a seguir con la maleta.


Estamos en la puerta de mi casa, ya hemos llegado de ese viaje agotador y a la vez emocionante. Desabrocho mi cinturón y me giro hacia el. 

-Gracias por traerme- frunzo los labios pensando en qué más decirle, pero decido simplemente hacer una despedida normal- Mañana nos vemos-

-No vengas mañana, te dejo un día libre para descansar- me dice.

-Mañana hay dos reuniones- alzo una ceja.

-Ya no, las he aplazado- 

-Ese es mí trabajo-

-Te lo he quitado mientras dormías en el avión- río levemente, pudiendo ver una sonrisa en su rostro también.

-Gema, sácate ese puto hoyuelo de tu vista ahora mismo- me dice mi cabeza. Por una vez le hago caso a mi lado racional y me giro a abrir la puerta del auto.

-Pues hasta el martes- me despido y cierro la puerta, saco las maletas del maletero y voy directa a mi casa, sin mirar atrás. 

Cuando abro la puerta me doy cuenta de que está sin la llave echada, los nervios se apoderan de mí y abro rápidamente la puerta.

Cuando veo a mi familia detrás de la puerta ato cabos, mi madre tiene una llave de mi apartamento por si acaso.

Puedo respirar de nuevo.

SecretariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora