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Nuevamente estaban siendo observados de arriba abajo por ese peli castaño con cara de emo. Caminaba a su alrededor mirando sin descaro cada uno de sus rasgos.
Inclusive tocó con poco cuidado las alas del híbrido peli azabache que tenía en frente poniendole incómodo por tal toque tan... Íntimo?

No son doradas.— fue lo único que dijo, camino dejando las alas del peli azabache en paz pero no su cara. Le agarro la barbilla con una mano moviéndola mientras estudiaba a fondo las facciones idénticas de ese peli azabache que talves está haciendo una revolución en su contra.

Más no encontró a ese posible revolucionario que tanto buscaba desde la llamada de sus hijos. Sus secuaces agarraron de forma literal a quien sea que sea peli azabache lo cual dejaba en vista su incompetencia.

Estaba rodeado de idiotas.

También había notado los vendajes de las alas de ambos, pero aún así no opino. No tiene porqué si ese no era el peli azabache que buscaba.

Rápidamente llamo a un secuas al azar. Quería fuera a esos híbridos aviar y también quería saber quiénes eran los idiotas que solo secuestraron y arrastraron de forma inmediata a cualquier persona.

Para la suerte de los híbridos aviar, se asomó el mismo que les curo las heridas. Se asomó con una expresión incómoda y nerviosa pero igualmente se acerco y los retiro de forma apresurada sin olvidar los modales claramente.

Una cosa más antes que te vallas, quien fue el líder de escuadrón que trajo a esos dos?— Dijo con un tono frío, ese tono hacia que el secuas se pusiera a temblar de forma inconsciente pero igualmente disimulada.

Fue el escuadrón de vigilancia de la entrada a la aldea, los detalles están en un informe que están escribiendo en— Lo interrumpió.

Entonces, estos son personas que querían entrar al pueblo?— Lo miro con su característica cara de perro, no solo atraparon personas al azar, si no también personas que no tenían nada que ver con la revolución contra el.

Si mi señor, según informaron del que los encerró ellos venían caminando de manera tranquila hasta que pusieron un pie en la aldea.— Dijo de manera rápida, estaba sudando de manera innexplicable tras esa capucha, ese chico de cabello castaño le lograba poner los pelos de punta con tan solo mirarlo con mala cara.

Por los Dioses... Bien, escoltalos fuera de mi oficina. Donde sea, a su celda o fuera de la aldea simplemente sacalos de aquí.— Dijo dando la vuelta volviendo a su asiento y con su pila de papeles de compañía.

El secuas les decía de manera susurraba que lo siguieran, pero el peli azabache no lo escucho en absoluto. Se acerco a pasos agigantados al escritorio del alcalde apollando sus manos sin ataduras en la madera oscura.

A quien tanto buscas emo? Que tanto odias a alguien como para ordenar que lo humillen públicamente arrastrándolo por el suelo?— Lo miro seriamente, no se moverá aunque el secuas con corazón de miel le pida y trate de sacarlo a la fuerza. No moverá ni un solo pelo, pluma y músculo hasta que obtenga su respuesta.

No se a que te refieres, jamás ordene que humillen públicamente a nadie.— Sin inmutarse de la amenaza lo miro, curioso por esa expresión de odio. Le parecía peculiar y conocida en cierta medida.

Asique no sabes. Bien. Entonces porque dejas que tus estúpidos trabajadores lleven armas que levantan contra alguien que solo trataba de entrar a la aldea? Acaso buscas esclavos o eres tan corrupto como para matar híbridos y vender sus partes híbridas?— Su sangre ardía en rabia, si esa era una alcaldía corrupta y que los habitantes solo hacían la vista gorda o simplemente aceptan el echo apesar de todo porque no pueden hacer nada, entonces eso no era democracia y esas mierdas que les hacen comer a los ingenuos, eso era de todo menos eso.

No quiero tus quejas con mis trabajadores. No me sirven de nada.— Decía mientras empezaba a revisar algunos informes, entre estos uno del pequeño escuadrón que vigilaba durante el peli azabache que buscaba.

Ahí el pelo azabache que estaba frente a él se enojo, le arrebató el informe y lo abrió haciendo que el peli castaño se enojara. Pero le valía verga, miraba el informe que era de forma literal y escrita acoso en la propia casa de aquella persona. Paso página y el alma se le cayó a los pies, palideció de forma notable.

No estaba acosando a alguien cualquiera, no no, estaba acosando de forma específica y sin descanso a su primito querido. El alcalde lo miraba extendiendo la mano pidiendo con la mirada que le devolviera sus cosas, capas ahora por esa insolencia lo vuelva a encerrar.

Cristian dio un paso atrás, dos, tres. Primero muerto a darle algo relacionado con su familia. Agarro la camisa de algodón de su hermano, un agarre bastante fuerte.

Estás chiflado si crees que te lo daré! Si quieres esto... Tendrás que atraparme!— Jalo de su hermano que estaba en las manos de ese secuas y corrió, corrió como si fuera un sacrificio humano al diablo.

Parecía raro, pero su hermano mayor corría con el, aunque seguía jalandolo de forma brusca tanto así que le rompió los botones de la camisa amarilla que tenía. Pero era su libertad valía más que una camisa amarilla.
Corrían huyendo de ese lugar, se cruzaban con más secuases que al verlos correr suponieron que eran intrusos en aquel lugar.

Pero les daba igual, su libertad estaba a la puerta de salida esperándoles. Y ellos nunca la dejarían esperando.

Un guardia de la puerta le apuntó al cuello, no lo habían notado. Esa tunicota negra y un edificio de piedra negra combinan demasiado para su gusto. Ese puede que sea su fin? Tan cerca y tan lejos de salirse con un robo en pleno día.

Claro que, su hermano mayor actuó cuando escucho más personas acercarse. Le rasguño la cara al secuas de la puerta con sus garras afiladas de águila. Talves lo dejo ciego, talves no.

Abrieron la puerta de forma brusca, aunque solo consiguieron caerse de hocico al suelo y rodar las escaleras que habían. Pero salieron en una pieza. Eso era lo que les importaba.

Había una protesta pasando afuera, todos tenían carteles que decían algo sobre impuestos. Agarraron esa protesta como escondite momentáneo, se levantaron y apesar que Bernardo tenía el pecho al aire libre se metieron en esa masa de gente.

Los secuaces solo veían una protesta, causada por el líder de la revolución en contra del alcalde, los hermanos veían sus salvadores y sus fachadas.

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Ya! Mucha desgracia siendo mostrada, ahora veamos a el slime en compañía de la pareja beloved y el suegro sin corazón... Literalmente.

Estos caminaban en círculos en el bosque, el slime era peor que una brújula rota para ubicarse.
Asique Tubbo en un último recurso, empezó a olfatear el aire a ver si reconocía alguno de sus compañeros aunque sea el Teletubbi verde con máscara.

Aunque no sentía el olor de nadie, lograba reconocer la tierra mojada, la madera y unas alejadas flores pero nada más.
Encerio que estar olfateando como perro todo le hará doler la nariz de tan sencible que le quedará de tanto oler el aire algo frío o calido del ambiente.
Pero le valía, debía encontrar a su pequeño hijo y a su mamá y si encuentra a ambos en un mismo lado... Sería matar dos pájaros de un tiro, pero ese slime lo hacía demorarse medio siglo. A este paso le saldrán canas antes de que encuentre a su mamá e hijo.

☘︎Eʟ ᴅᴇsғᴏʀᴛᴜɴɪᴏ ᴅᴇʟ ᴘᴀᴛᴏ☁︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora