☘︎Eʟ ᴅᴇsғᴏʀᴛᴜɴɪᴏ ᴅᴇʟ ᴘᴀᴛᴏ☁︎

✯021☯︎

La noche fue tranquila, bueno no del todo.
No todos han tenido una buena semana o días... En especial el alcalde emo del pueblo.

Siempre que estaba en el ayuntamiento recibía llamadas telefónicas que no contestaba, nunca se le veía salir de su oficina a no ser que tenga una reunión o tenga que revisar algun plan o construcción que hayan echo sus secuaces que más que eso parecen muñecas de carne. Todo el día trabajando, todo el día de aquí a allá haciendo lo que sea que el ordene o diga por puro enojo. Como el elevado impuesto que le dio a su querido quacks, le añadió 10 diamantes por el simple echo que no celebró cuando ganó la alcaldía. Pero luego de su enojo comprendió el porque no le celebró y lo mando a comer verga en su vocabulario, se las quito a base de fraude pero prefería eso a que este se estrese y sufra por las tareas políticas que van de la mano de la alcaldía.

Su pila de papeles era su mejor compañía, obviamente sus secuaces le decían las noticias y novedades ya que este se las pierde, pero la única cosa que le interesa era el peli azabache, lo que hacía o no hacía le interesaba más que nada y sus secuaces que se supone debían traer el impuesto no habían llegado hace un par de días a su jornada laboral, no le importaban demasiado pero ellos estaban espiando a el peli azabache asique eran importantes.

Una vez más sonó el teléfono de la alcaldía, está ves si lo respondió esperanzado que el peli azabache carismático que lo enamoro le haya llamado. Pero no, no era él. Era su hijo Fuego que lo llamaba para que viniera a casa.

— Papá... Puedes venir? Tierra está muy— fue interrumpido en media oración, su padre le hablo antes de que siquiera explicará la situación que hay en el hogar.

— Fuego, sabes que tengo demasiado trabajo como para ir, puedes pedirle ayuda a alguno de mis compañeros si es que lo necesitas.— Respondio el castaño de ojos escarlata, encerio que su trabajo estaba haciendo su vida privada una mierda pero era el precio que estaba dispuesto a pagar.

Por un momento no escucho nada asique pensó que talves colgaron pero un reclamo le llamo la atención, era un grito o sollozo con un insulto a su persona.

— Mierda! Papa porfavor, desde que el señor pato dejo de hablarte no nos has ni mirado! Y esa estúpida alcaldía arruinó nuestra familia!— Grito Agua al otro lado del teléfono, llorando de rabia que se contuvo por bastante.

— .... Agua— Fue cortada su oración por su otro hijo, la que lo llamo en un principio.

— Si tanto te importamos porque no vienes?! NUNCA SE TE VE EN CASA! NUNCA SE TE VE FUERA DE ESA ESTUPIDA OFICINA! Lo único que te interesa ahora es ese chico!— Se escuchó un vidrio quebrandose através del teléfono. Pero el niño no le tomo atención solo lloraba y dejaba su disgusto en claro.

— Fuego escúchame.— Pidio el de cabello castaño con sus ojos con diminutas lágrimas, les tenía lástima que pensaran así pero no podría decir que se equivoca ya que casi lo único que pasaba por su mente era el chico de cabello azabache.

— NO QUIERO! Solo quiero mi papá devuelta, es mucho pedir? Solo quiero mi familia unida denuevo!— Luego de eso se escucharon solo sollozos que no eran ahogados.

Alguien tomo el teléfono de su casa ya que se escuchó el reclamo de su hijo Viento.

— Sabes... Si el echo que el señor Quacks dejo de hablarte y ser tu amigo es por algo padre, solo quieres poder! Talves por eso no sales de esa maldita oficina! Para ganar más poder político! Lo único que te mantenía alejado de eso era el señor Quacks.— Le grito molesto uno de sus hijos, se sentia la rabia y odio en sus palabras con tan solo oírlas y no ver sus expresiones.