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Aquel peliblanco recién sellado por el cadáver de su mejor amigo, caminaba despacio en el espacio que estaba, lleno de cadáveres, un espacio en blanco, al parecer sin límites dentro de esta.
Él sintió una presencia aún más grande que la maldicion de Yuta Okkotsu y al parecer aún peor que el mismo Ryomen Sukuna con 20 dedos. Por primera vez su piel estaba de punta, por primera vez algo lo hizo tener miedo.
¿Tal vez era aquella leyenda? No. Las maldiciones no son una leyenda, pero ¿Qué es lo que le aterraba? Está caja llena de cadáveres? No. ¿El miedo que sus estudiantes mueran? Tampoco. ¿La caja? Puede que si, junto a la presencia que aguarda, maldad pura. Él estaba en posición de ataque, listo para lo que sea que le pusiera la piel de gallina. Más, no se altero al ver a una chica de entre unos 25 a 30 años. ¿Era posible sellar a otra persona, con un viva dentro? No, según registros del objeto mágico. ¿Quién es ella?...
Satoru llegó a una conclusión, era acertar o acertar. ¿Era ella la madre de Ryomen Sukuna, las madre de las maldiciones? Si, su presencia es aún más terrible que el de su "hijo".
Según registros de los altos mandos que leyó una vez, el objeto maldito Prisión Confinadora hace referencia a un objeto maldito de alto grado en forma de cubo, capaz de sellar diversas cosas, incluso seres vivos. Lo que decía era, "Un ángel, tan hermoso y maldito a la vez. Creo esto." Siendo él el portadora de la puerta delantera y trasera, un Gojo, un usuario de los seis ojos, la sello dentro de esa caja y tomando las dos partes, desapareciendolas por Miles de años.
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