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—Le enseñé todos mis puntos débiles

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—Le enseñé todos mis puntos débiles

Le conté mi pasado, presente y futuro.

Le susurré mis miedos y le grité mis sueños

Y se fue.




El sol brillaba en lo alto, iluminando el extenso campo de flores multicolores que se extendía frente a ellos. Noharoi y Yukihiro, una pareja enamorada, corrían tomados de la mano, sumergidos en un mundo de belleza y felicidad.

Las suaves brisas de primavera acariciaban sus rostros mientras sus risas se mezclaban con el sonido de las flores meciéndose en el viento. Sus pies se hundían en la suave alfombra floral mientras avanzaban entre pétalos de todos los colores imaginables.

Noharoi miraba a Yukihiro con admiración mientras corrían juntos, sus ojos brillando de alegría. Sus cabellos al viento danzaban al compás de su felicidad compartida. No necesitaban palabras para expresar lo que sentían; el amor se reflejaba en sus sonrisas y en la complicidad de sus miradas.

A medida que avanzaban, Noharoi detuvo brevemente su carrera y se agachó para recoger una delicada flor. Con ternura, la colocó en el cabello de Yukihiro, adornando su aspecto con un toque de color natural. Ambos se rieron, dejando que la alegría los envolviera por completo.

Continuaron corriendo, el aire fresco llenando sus pulmones mientras el campo de flores se extendía interminablemente ante ellos. Se sentían libres, como si el mundo entero fuera suyo en ese preciso instante. Cada paso era una declaración de amor y complicidad, afianzando su conexión aún más.

Finalmente, cuando el sol comenzó a descender en el horizonte,  Noharoi y Yukihiro se detuvieron para contemplar el paisaje. Estaban rodeados por la majestuosidad de la naturaleza, un regalo que habían descubierto juntos. Se abrazaron, sintiendo sus latidos sincronizados, y se prometieron seguir compartiendo momentos de felicidad y amor en cada paso que dieran en el camino de la vida.

En ese campo de flores, su amor florecía como las flores a su alrededor, llenando sus corazones de alegría y esperanza. En ese momento,  Noharoi y Yukihiro supieron que, sin importar los desafíos que enfrentaran, siempre tendrían el amor del otro para guiarlos en su camino.














O eso pensaban.

O eso pensaban

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354 palabras

𝑳𝒂 𝑪𝒂𝒋𝒂|| 𝑆𝑎𝑡𝑜𝑟𝑢 𝐺𝑜𝑗𝑜. Pausado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora