Día 29: Folklore

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–Él necesita a alguien que le dé tranquilidad y paz. Es su forma de ser. Él es tranquilo. - escuchaba a una señora hablar sobre mi compañero al yo haber mencionado que se encontraba en una misión.

Pensé en mi, en cómo nunca he sido valiente en mis convicciones cuando el peligro está cerca y está justo a la vuelta de la esquina ahora porque vive dentro de mi. Preguntas vienen a mi cabeza sobre la razón que tiene esta mujer.

No, yo nunca podría darte tranquilidad.

Pero aún así. Soy cálida contigo y podría mantener tu frágil corazón de tal manera. Y si tus olas de tristeza llegan... todos piensan que el amor es para mostrarse, pero yo moriría en secreto por ti.

Tienes una amiga en mi, ¿sería suficiente aunque nunca pudiera darte tranquilidad?
Soy imprudente y torpe, a veces extrovertida y lo contrario a tranquila...
Tu integridad me hace parecer pequeña. Y cada vez que te veo pintas paisajes de ensueño alrededor y siento que no soy digna de ti, pero quiero serlo. Quiero serlo.

Yo me limité a asentir y me despedí. Salí de la tienda con dirección a mi apartamento.

Sé que sabes que haría lo que fuese por ti. Me balancearía contigo sobre las cercas, me sentaría contigo en las trincheras, te daría mi libertad... te daría un hijo.

Te daría el silencio que solo existe entre dos personas que se entienden...

...

La noche había caído cuando escuché el sonido que alguien produce al tocar mi puerta. Me apresuré a abrirla y me encontré contigo. Recién habías vuelto y estabas frente a mi.

Aquí, con mis ojos en tu mirada malva, eres la familia que elegí y ahora veo a tu prima como la mía. ¿Es eso suficiente?

Recuerdo a la mujer  y a los ancianos de tu clan... hay ladrones en el este y payasos al oeste... me pregunto si sabes que te daría mi rayo luz, te daría lo mejor de mi...

En eso un estruendo se escuchó en el cielo. Iba a llover. Sonreí con amargura.

La lluvia siempre llegará si te quedas a mi lado.

Pero luego te veo sonreír y recuerdo que a ti te gusta la lluvia... ¿sería suficiente aunque nunca pudiera darte tranquilidad?

–Te eché de menos. - dije con sinceridad, él dio unos pasos hacia mi, adentrándose a mi apartamento. No dijo nada, solo me estrechó en un abrazo y algo me dijo que él también lo había hecho.

¿Será suficiente aunque nunca pueda darte paz?

¿Será suficiente aunque nunca pueda darte paz?

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