"Mujercita" [Sabo x Lectora]

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Recomendación: ¡Leanse el capítulo anterior para que entren bien en la lectura!

¡Alerta de Contenido (+18) !‼️

(Contenido sexual) 🌚‼️

Notita: Más adelante les saldrá una foto y no afecta en nada la historia (Es decir que NO es un separador, simplemente una foto que describe demasiado bien una parte)

Sin nada más:

🤨📸

Capitulo trece.

—Salta. —ordeno con su voz tosca y rasposa.

Ella tragó saliva antes de aferrarse a los hombros del rubio y brincar suavemente, siendo al instante atrapada por las grandes manos del capitán, el cuál hizo que la de cabellos dorados recargara su espalda en la pared, mientras que él se encargaba de aferrarse a sus carnosos muslos.

Sabo la miró a los ojos antes de pasear su lengua por su cuello e ir depositando castos besos en su piel. Provocando que ella apretara con sus dos piernas la cintura del rubio, apegandolo aún más contra si, ocasionando una sofocante tensión entre sus cuerpos.

—Pídeme que me detenga...—Jadeó contra sus labios el rubio ante la exquisita sensación de sus cuerpos pegados al del otro, —Si no lo haces, no me detendré...

Ella entre jadeos lo miró a los ojos, casi deteniéndose a pensar en las palabras del rubio. Pero al ver la lujuriosa expresión que reflejaba Sabo, la impulso a volver a juntar sus labios con los de él.

—Bien...—gruñó el rubio antes de cargarla hacia la cama y depositarla sutilmente sobre ella.

Con sus ojos puestos en cada expresión facial de la de cabellos dorados, se posicionó sobre la muchacha, la cuál al ver que era tan atentamente observada por Sabo, hizo el fallido intento de cubrir su rostro con sus manos, pero el rubio la obligó a subir sus manos sobre su cabeza, dejándola expuesta ante él.

—No me mires...—jadeo avergonzada desvíando la mirada.

Con una divertida sonrisa en sus labios, se atrevió a pasear su única mano libre por el pequeño cuerpo de mujercita, haciéndole respirar con dificultad. Con uno de sus dedos, se encargó de ir desabotonando la pequeña camisa de la de cabellos dorados.

—N-No Sabo espera, La luz...quiero decir...— balbuceaba con los nervios reflejados en sus ojos.

Sin oír sus palabras, inclinó su rostro hacia él pecho de la muchacha, lo suficiente como para tocar con sus labios los botones de la camisa e ir quitandolos con sus propios dientes.

Ella inclinó su rostro hacia abajo, observando como el rubio se deshacía del último botón y abría de par en par su camisa.

Su cuerpo se tensó al sentir la respiración del rubio sobre su abdomen el cuál fue de manera imprevista humedecido por la lengua del rubio.