Capitulo 5

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Ambos se dirigieron al subnivel inferior donde estaban recluidos los prisioneros. Algunos se levantaron de sus camas y se acercaron a la puerta.

Riley: —Bien, doctor Trenton, aquí están los prisioneros —dijo con un tono de enfado evidente.

Robert: —Caminando— Buenas, señores. Lamento interrumpir su siesta, pero supongo que ya están al tanto de que hay una serpiente gigante rondando por la prisión, ¿verdad?

Prisioneros: —Asintiendo— Sí, lo sabemos. También la hemos visto.

Robert: —Bueno, me alegra saber eso. Además, son conscientes de que estamos encerrados aquí —el alcaide se acomodaba los lentes—. Necesitamos su ayuda para escapar de este infierno congelado.

Patricia: —sonriendo— ¿Nuestra ayuda para escapar, dices? Qué interesante.

Robert: —Exactamente.

Patricia: —riendo— Jajajajaja, riéndose mientras miraba a sus compañeros con complicidad.

Candela: —Esa broma está bien, pero si resultara cierta, ¿qué recibiríamos a cambio? Podrían traicionarnos —mirando al director con desconfianza.

Beagle: —Tienes razón. Necesitamos alguna garantía de que, si les ayudamos, seremos liberados—.

Goro: —Exacto, necesitamos pruebas de que no nos están engañando—.

Riley: —Yo no voy a abrir esas celdas, doctor Trenton—

Kelly: —Hágalo, director. Además, ni siquiera estoy aquí por un delito grave. Abra las puertas y lleguemos a un acuerdo—

Patricia: —frunciendo el ceño—¿Por qué no te callas la boca, bastardo?

Kelly: —Je, habla la ramera irlandesa —burlándose y mostrándole el dedo medio—

Yuri: —Y bien, si les ayudamos, ¿podremos salir libres? —mirando fijamente al doctor.

Riley: —¡Hey, ustedes no tienen autoridad para decidir eso! —enojado.

Robert: —Tiene razón —mirando al director—. Yo no tengo la autoridad para decidir, pero les diré algo: tendrán muchas más posibilidades de escapar estando afuera que si se acercan a la celda del chechenio aquí dentro.

Yuri: —¡Usted sí me entiende y habla mi idioma, doctor Trenton! ¡Trato hecho! —Asintió con determinación, ojos encendidos de determinación.

Robert: —¡Dándose la vuelta y mirando al director, déjelos salir ahora! ¡No hay tiempo que perder!

Riley: —¿Para qué estamos atrapados en esta jaula? ¡Es imposible escapar, pero no nos quedaremos aquí a esperar la muerte!

Robert: —¡Director, despierte! ¡Es ingenuo creer que podrán mantenernos aquí para siempre! Esta gente sabe más de escapar de prisiones de lo que usted cree. ¡Abra esas puertas y denos una oportunidad de luchar por nuestra libertad!

El director, sintiendo la presión y la urgencia en el aire, sabía que había llegado el momento de tomar una decisión arriesgada. Caminó hasta la celda de Yuri Breshcov, donde la mirada desafiante de Yuri y la determinación de sus compañeros le hicieron comprender que no tenía otra opción.

Riley: —Muy bien, señor Breshcov. Le pido su palabra de honor de que si hago esto, no nos traicionará y mantendrá a salvo a los demás.

Yuri: —¡Tranquilo, director! ¡Le doy mi palabra de que no les haremos ningún daño! —La confianza en sus palabras se fundía con la intensidad de su mirada, transmitiendo una determinación inquebrantable.

Terror en New AlcatrazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora