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** Agonofilia: Atracción por la lucha con la pareja. Excitación que surge en la pareja después de una pelea física.
**GHB: Es una sustancia depresora del Sistema Nervioso Central, se conoce vulgarmente como: Éxtasis líquido, nombre que conduce a equivocaciones en los consumidores, ya que al ser depresor produce el efecto contrario al éxtasis.
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-Hyung deje eso por un demonio-. Habla aquel alto muchacho de piel acanelada. –Hoseok Hyung me va a matar si lo mira así de...-. Se ve interrumpido por un par de labios carnosos de sabor a cereza.
-Hoseok no tiene que saber nada, Namjoonie-. Jadea en su oído antes de tomar el último trago a su bebida .
Rodea sus brazos alrededor de aquel perfecto cuerpo y comienza a besarle con fervor hasta que el fuerte sonido de un cristal roto los interrumpe.
Aun totalmente consciente y sin efecto de alucinógeno que había ingerido unos segundos antes se aleja de los labios de su menor para ver de dónde provenía aquel ruido, pero las luces de neón y las sombras difusas del pasillo entorpecen su tarea.
-Lo llevaré a casa, Jin Hyung-. Habla el joven frente a él, pero Seokjin lo acorrala nuevamente contra la pared.
- ¿Acaso no me deseas, Namjoon? -. Pregunta el rubio en un tono coqueto.
-Sí, pero Hoseok Hyung y mi familia...-.
-Vamos, Namjoon-. Insiste el mayor. – Solo follaremos en los baños y nadie tiene que saber... Tu no le dices a Hoseok y yo no le digo a Jimin, ¿Es un buen trato, no lo crees? -. El menor afirma con leve movimiento de cabeza. – Bien, entonces jódeme-.
Las manos del más alto toman las piernas de su mayor para enredarlas sobre sus caderas y comenzar a besarlo. Su esposo nunca sabría y su mejor amigo no se molestaría por joderse a su ex, ¿Verdad?
Pero de nuevo los cristales rotos interrumpen su beso.
-¿Lo escuchaste?-. Jadea Seokjin debido al beso.
Su cabeza comenzaba a dar vueltas, sentía su cuerpo transpirar y extrañamente estaba totalmente excitado. Pero al girar su cabeza hacia el fondo del pasillo esa jodida imagen vuelve a su mente.
Hoseok.
Hoseok jodiéndose a esa mujer en su cama. En la maldita cama en la que hacían el amor desde cinco años.
Su maldito y jodido esposo de nuevo le estaba siendo infiel.
No entendía en que momento las malditas lagrimas comenzaron a desbordarse de su rostro. Era tan patético.