¿Qué pasaría si el más tryhard de la isla tuviera demasiada mala suerte?.
Spreen es experto en supervivencia y en combates de cuerpo a cuerpo, todo debido a los años de experiencia que tiene, aunque, no sólo bastaba con la técnica, sino también con...
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¿Podía una simple siesta hacerte levantar tan bien con tanta energía?
Bueno, al parecer sí, porque así lo sentía Spreen. Con tan solo siete hora de sueño se había levantado fresco como una lechuga.
Entro al baño para cumplir sus necesidades básicas, lavarse la cara y acomodar un poco sus rebeldes cabellos oscuros. Se cambio por su ropa abitual y cómoda, y por último pero obviamente no menos importante, se coloco sus preciados y característicos lentes ocultando sus ojos violetas.
Era el segundo día que iba a dedicar en planear como reparar las cosas con Roier. Raramente, aquel día se sentía de buen humor y no paraba de pensar algunas ideas para confrontar al chico de bandana.
Tomo varios minerales para hacerse una armadura completa,una espada y un picó de hierro, también tomó la hacha que aún estaba en el suelo para verla más atentamente, parecía tener ninguna falla, pero misteriosamente se había roto, no perdió más tiempo y la terminó reparando.
Una vez todo listo, metió todo en su mochila dispuesto a salir de su casa. Tomó esta colgandola en uno de sus hombros aunque no conto con que terminaría por romperse completamente dejando caer todas sus pertenencias al suelo.
- Pero, la puta madre, ¿por qué me pasa esto?.
Renegó el híbrido de oso agachadose para tomar sus cosas del suelo dejandola en la pequeña mesa en la cual acostumbraba a dejar todo.
Camino directamente a uno de sus cofres empezando a buscar los materiales para hacerse una nueva mochila, aunque sonrio al ver que la suerte estaba de su lado ya que tenía una hecha y vacía, lista para la ocasión.
En realidad la suerte no estaba de su lado desde hace un día atrás, y él joven no se dio cuenta de aquello siquiera cuando vio que la mochila en sus manos estaba en la misma condiciones que la anterior.
Maldijo frunciendo el ceño mandando el buen humor a la mierda, comenzando a buscar los materiales para esta vez sí o sí hacer de una vez por toda la mochila que él quería.
Nuevamente estamos en donde habíamos quedado, ya esta todo listo, mochila preparada, espada en su funda, provisiones para incluso días. ¿Todo perfecto?, sí, así que Spreen finalmente salió de su casa dejando todo desordenado, lo ordenaria luego.
Comenzó su camino rumbo a la casa de su amigo pato, no sabía que hora era, pero obvio más del mediodía seguro. El sol estaba bastante fuerte y hacía mucha calor.
Siguió caminando viendo desde lejos la casa de Roier. Cada vez se veía algo nuevo en decoración. Había hecho un segundo piso con ventanas bastantes grandes. Se preguntó si él estaba ahí dentro o simplemente se había ido.
Tenía muchas ganas de pasar a saludarle, si todo esto no habría pasado seguramente ya estaría ahí preguntándole a donde quería ir para comenzar una nueva aventura juntos, se estarían riendo o tal vez haciendo una que otra pelea de broma.
