Soy una entidad difícil de entender en el mundo, es decir, que somos ajenos a él. Teníamos condiciones para ir a divertirnos con los seres casi comunes; una de ellas era no revelar lo que somos, ni lo que hacemos.
Había escuchado que nos decían por alguna razón "deidades", algo halagador de su parte, no obstante, no lo somos. Solo somos seres con dotes mucho más grandes que la de ellos; un ejemplo sería que nosotros, cuando nacemos, esperamos la edad con la que queremos residir por el resto de nuestra vida, no hay cambio después de ello en nuestro aspecto, por el otro lado, ellos nacían, envejecían, fallecían y nuevamente nacían. La palabra muerte era poco escuchada por este sitio, es decir, solo podíamos morir si honestamente lo queríamos, pero ¿quién de aquí quiere morir realmente?
Al principio su vida me era intrigante y me cuestionaba muchas veces por qué repetían ese ciclo constantemente. No podía obtener alguna respuesta del ¿por qué somos distintos?, debido a que había prohibiciones acerca del conocimiento de eso. En el lugar en el que vivo, se prohíbe que un ser de bajo rango como yo altere ciertas cosas de ese mundo.
Desde entonces, me limité a observar a quienes podían ir y regresar de ese lugar; y esas entidades eran las de altos rangos. Ellos eran los que podían divertirse con ellos, alterando sus aspectos o cediéndoles una mínima parte de su poder. Los comunes de ese sitio les llamaron "semi humanos" a aquellos con alteración en su cuerpo, y a los que se desarrollaron en el poder, los llamaron "seres bendecidos" debido a que las deidades les ofrecieron "dones" para prosperar. Sí que tenían cierta imaginación.
Hubo una ocasión en la que seres de alto rango cruzaron la línea y trajeron a alguien de ese mundo. Era un ser tan simple y débil, estaba casi en los huesos y su aspecto era poco agradable, aun así, se podía percibir algo en su mirar; furia.
Tenía tanta ira en sus ojos, como dos llamas a punto de ser incontroladas. Los de alto rango estaban intrigados por su odio profundo hacia los suyos que decidieron alterar al individuo con sus poderes. Fue un choque de seis distintos poderes, de las cuales había en existencia veinticuatro. Creando así un nuevo poder; "putrefacción".
Regresaron al individuo y observaron desde lejos sus acciones. Habían creado a un asesino en masa; Todos sus deleites eran los deleites de los nuestros, era verdad que para nosotros toda vida de ese lugar parecía inservible y débil, solo queríamos entretenernos con un espectáculo, por otra parte, sabíamos que esos pobres seres eran únicos y admirables. Si tuviera que definir el sentimiento que cargó hacia ellos, en una palabra, sería "envidia".
Una envidia de ser quienes no controlan su vida, sino, algo muy fuera de su alcance que hacía que no tuvieran ciertas alternativas, solo les quedaba ser conformes con lo que tenían y podían dar, no obstante, siempre mostraron lo contrario, se superaban y enfrentaban las adversidades sin miedo a fracasar. Es extraño, pero cierto. No tenemos en sí fuertes limitantes como ellos, más bien teníamos la capacidad de evolucionar y vivir eternamente, siendo completamente despreocupados de los poderes que poseíamos, en lo más profundo de mi ser, añoraba tener sus dificultades, sus limitantes, y sus emociones fuertemente arraigadas.
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𝓜𝓸𝓶𝓮𝓷𝓽𝓸 𝓮𝓺𝓾𝓲𝓿𝓸𝓬𝓪𝓭𝓸
RomansaAra, la hija del líder de la tribu "Destiny" es maldecida a una vida eterna por un ser deseoso de su don, Aza quien desea poseerla, no prevé una profecía que rompe con toda maldición. Aza, el hijo del líder del distrito "Blackwell", nació con una mi...