Capitulo 13: Y... Me llevan a un barranco. LITERAL.

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Lindo lindo parpadean estrellitas en el cielo y allá arriba andan volando como alitas de murciélago...

Moví mi brazo derecho para darle ciegamente al botón de mi teléfono.

Aplazar.

Bendito sea el que halla inventado ese botón mágico en las alarmas de los teléfonos.

Le di y descanse los mágicos 8 minutos que me dieron los espítirus del cielo.

Sip, espítirus del cielo; como lo manda el rey Julien.

Otra cosa importante que acotar, ¿por qué rayos son 8 minutos? ¿Acaso los creadores de el tiempo estimado pensaban que 5 minutos era muy poco y que 10 era exageradamente mucho tiempo?

Como sea, me acordé de la tonada de esa película (Madagascar) y me puse a bailar así acostada, es decir a sacudirme como si hubiese encontrado una araña entre las sábanas.

—¡QUIERO MOVER EL BOTE, QUIERO MOVER EL BOTE, QUIERO MOVER EL BOTE, ¿TE GUSTA? MUEVE!— Hice otro paso magistral mientras me sentaba y oprimía el botón de desactivar de la alarma.

—ORI NE TO ORI NO NINO NE TO— Tarareé porque no me se lo que viene después del coro y me levanté mientras ponía mis pies en mis pantuflas de bob esponja.

En el momento en que iba a entrar al baño Steve tocó mi puerta. Fui hacia ella y antes de abrirla pregunte:

—¿Cuál es la contraseña?

—Perry es verde agua— Dijo él.

—Incorrecto.

—¡Cierto! Que la cambiamos ayer... Candace conoce a Kevin.

Hice sonidos de cerraduras abriéndose como en las películas y abrí la puerta, Steve entró y se sentó en mi cama.

—Veo que por fin te adaptaste a levantarse temprano ¿no?— Preguntó molestándome.

—Si, Per por si tú no lo sabías es mi segundo día de escuela, señor sabiondo— Le respondí del mismo modo. —Y el tuyo también.

Se reclinó y puso sus brazos detrás de su cabeza.

—Esta bien, Anna ¿sigues de amiga con Samell?— Me preguntó repentinamente más serio que de costumbre.

—Siii— Alargue la letra a propósito. —Ahora si me disculpas, voy a cepillarme los dientes porque no quiero hablarle al mundo con el aliento de una cañeria vagabunda.

Asintió y yo me fui al baño.

Luego de terminar todo el "proceso bañistico" salí y me encontré con Steve exactamente en la misma posición solo que ahora su mirada se veía lejana.

—Oye hermano— Me senté a su lado mientras estiraba un poco mi blusa. —¿Qué pasa? ¿En que piensas?

Me miró y respondió a mi pregunta sencillamente con otra pregunta, supongo que quiere hablar de esa cosa que lo molesta en otro momento.

—¿Como una cañería puede ser vagabunda? Quiero decir... Es una cañería no puede...— Fue interrumpido por la puerta abriéndose y Pinky entrando.

—¡Pinky!— Exclamó el repentinamente olvidándose de lo que estaba diciendo para atrapar a Pinky y acostarla en mi cama.

Hice una mueca pero salude a Pinky de todas maneras.

—Steve, en mi cama no...

Y Steve me ignoro olímpicamente.

Un idiota para llevarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora