Capítulo 15: Houston, tenemos un problema.

603 40 20
                                    

—¡ANNA! ¡ANNA! ¡DESPIERTA! —gritó alguien tan cerca de mis oídos que creo que quede más sorda que el abuelo.

Abrí mis ojos lentamente enfocando y buscando mis lentes en la mesa de noche cuando ya puedo ver al mundo, me encuentro nada más y nada menos que a Travis.

¿Travis? Que hace él aquí por el amor a Santa.

¿Notan mis insinuaciones navideñas? Hoy anuncian quienes están nominados definitivamente y mañana será el baile.

Y Anna sigue solitaria como siempre.

«¿y aquí se supone que yo pongo la música instrumental dramática o qué?

Consi, tan tierna como siempre.

Oh rayos... Travis sigue observándome desde el marco de mi puerta.

¿Travis? ¿Qué hace él aquí?

«Anna ya te preguntaste eso, deja de comer tanto chocolate sabes que eso te da mala memoria»

¡Ñoooo, Anna comerá  chocolate, Anna es un unicornio •cof cof• humano libre!

—¿Anna? ¿Debo llamar al psiquiatra ya o me espero un ratito más? —Me pregunta Travis un tanto divertido.

—¿Ups? —Pregunto yo mientras me encojo de hombros y subo mis manos. —¡Oye no trates de confundirme! ¿Qué haces tú aquí? A las... —Reviso mi reloj para darme cuenta que son las 7:00. —¿siete de la mañana?

—Anna la razón por la cual estoy aquí —baja su cabeza hasta quedar mirando el suelo, suspira dramáticamente. —Es porque ha pasado algo muy trágico.

¿Cómo dices que dijiste?

—¿Cómo dices que dijiste? —abro mis ojos muy, muy grandes.

Otro suspiro de su parte.

—Anna esto es muy serio y difícil para mí decírtelo pero...

Yo ahí me estaba mordiendo las uñas muriéndome de ganas de saber que pasaba. ¡Rayos! Habla rápido. En estos momentos quisiera tener un control como el que tenía Timmy Turner que podía adelantar el tiempo, así como pararlo o ponerlo en cámara lenta. Psst eso sería genialisimo. Claro sin su cara de psicopata.

—Pero... —lo alenté para que siguiese.

—Pero... —me dedico otra mirada seria. —Steve se enteró de que Phineas y Ferb va a terminar y que ya sacaron su último capítulo.

Houston, tenemos un problema.

Oh por dios. Una parte de mí se siente aliviada de que no hubiese sido algo trágico pero la otra parte... AY SEÑOR NO PUEDE SER COMO ESTARÁ EL POBRECITO DE STEVE.

Así que mi "segunda parte" fue quien tomó el control.

Mi boca se abrió hasta más no poder y salte de mi cama como si estuviese llena de arañas hasta que llegue a la puerta del baño aunque Travis seguía en el marco de mi puerta.

Vaya este chico sí que tiene resistencia, yo con 10 minutos de pie ya me estoy desmayando.

Le hago una seña para que me mire debido a que estaba mirando por la ventana.

—Travis, ya vengo dame cinco minutos y planearemos la operación "salvar hermano de una posible depresión total" —él solo asintió.

Un idiota para llevarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora