the teacher and ¿mommy? [l.s]

17

—¿Mami? —llamó el niño, jalando del pantalón de Louis para que le prestara atención.

Louis dejó de hablar con su mamá y de organizar la mesa para mirarlo.

—¿Si, bebé?

—Papá también vendrá, ¿cierto?

Louis le sonrió con cariño. Habían pasado un par de semanas desde que Alexander le contó que ya le había pedido a Harry ser su papá y desde entonces no había parado de llamarlo así todo el tiempo, menos en la escuela, ahí le seguía diciendo "profe Harry" y todos estaban bien con eso.

—Si, amor, en un rato llegará.

—¿Quieres ayudarme a hacer las galletas mientras lo esperamos? —preguntó su abuela, haciéndolo sonreír.

—¡Si! ¿Puedo hacer unas para mis tíos y Gemma y Niall?

—Claro, lindo, vamos.

—¡Ven con nosotros, mami! —gritó mientras tomaba la mano de su abuela.

—Termino aquí y me uno a ustedes, amor.

El niño asintió antes de entrar en la casa de su abuela.

La mamá de Louis había planeado un almuerzo al aire libre para todos. Era domingo así que nadie tenía que pensar en trabajos, oficinas ni reuniones. Todos los amigos de Louis irían ya que su mamá les tenía un gran cariño por haber ayudado tanto a su hijo durante tantos años desde que estuvo en embarazo de Alexander. Harry obviamente también fue invitado, la madre de Louis insistió en que quería conocer a los padres del rizado y a su hermana, así que ellos también vendrían junto con Niall, el rubio al cual todos querían conocer ya que el pequeño Alexander se pasaba hablando mucho sobre él.

Sería un gran día.

🧸🧸🧸

Louis y Harry se encontraban en una de las sillas dobles que habían en el patio de la madre del castaño mientras observaban a los demás haciendo sus cosas: La mamá de Louis y la de Harry no dejaban de hablar en la mesa donde habían almorzado. Zayn, Niall, Perrie y Jade estaban jugando con Alexander y Groot, y Liam y Leigh estaban hablando con el papá de Harry en las escaleras del patio mientras la morena arrullaba a sus hijos gemelos dentro del coche.

—Al parecer tu mamá adoró a la mía —dijo Louis apoyándose en el hombro de su novio.

—Y al parecer Liam y Leigh adoraron a mi papá. —respondió el rizado y ambos rieron.

Louis entrelazó su mano con la de Harry encima de su regazo, empezando a jugar con los anillos del rizado.

—Amo pasar tiempo contigo, ¿lo sabías? —preguntó Louis.

—Siempre me lo dices —respondió Harry dándole un beso en la coronilla—Yo también amo pasar tiempo con ustedes dos.

Louis se separó de su hombro para inclinarse y darle un corto y casto beso a Harry, haciéndolos suspirar a ambos.

—Te quiero mucho —susurró Louis.

—Yo te quiero aún más, bonito.

Se sonrieron antes de volver a darse otro beso, esta vez más largo que el anterior.

Si había algo que Harry amaba de Louis era sus labios y sus besos. Podía pasarse horas mirando y probando sus labios delicados y rosados, lo hacían ver más precioso de lo que ya era, dándole un toque suave y angelical a su rostro junto con todas sus facciones. No había parte de Louis que no le gustara a Harry, podría quedarse hablando de lo perfecto que era ante sus ojos y sabía que no acabaría pronto.

Estaba tan enamorado.

—¿Te quedarás esta noche en casa? —preguntó el castaño cuando se separaron.

—No. —Louis hizo un puchero—Sabes que si me quedaré siempre que lo pidas, princesa.

Louis se sonrojó y volvió a apoyarse en su hombro para observar a Alexander haciendo saltar a su mascota mientras Perrie le sacaba fotos.

Luego de unos minutos, la madre de Louis los llamó a todos para comer del pastel que Gemma había traído y quienes más porciones comieron fueron Niall y Jade.

🧸🧸🧸

—¿Mañana trabajas? —preguntó Harry mientras ambos se preparaban para ir a la cama y esperaban que Alexander llegara a mostrar sus dientes limpios.

—Solo debo ir a revisar unas cosas con Leigh y Perrie, espero que no tome tanto tiempo.

—¿Puedes ir al cine mañana entonces? —preguntó acostándose en la cama—Alexander y yo podemos esperarte en la escuela y de ahí salir para allá.

—Me encanta la idea —le sonrió acostándose en su pecho, delineando el tatuaje que decoraba el pecho de su novio.

Unos toquecitos en la puerta se escucharon después de unos minutos.

—¿Puedo pasar? —preguntó Alexander asomando su cabeza por la puerta.

—Claro, bebé. —Louis se sentó bien en la cama, esperando a su hijo.

—Lavé mis dientes y ya estoy listo para dormir. —dijo sonriendo grande, mostrándole sus pequeños dientes a ambos.

—No tengo estrellas aquí pero te daría unas cinco por haber lavado tan bien tus dientes, campeón —Alexander le sonrió y se metió en medio de los dos.

—Les tengo un regalo.

Ambos lo miraron sorprendido, notando como el niño tenia dos hojas bien dobladas entre sus manitos.

—¿Qué es, bebé?

Alexander les pasó a ambos una hoja y empezó a jugar con sus dedos, sin mirarlos.

—Mis dibujos no soy muy bonitos pero quise hacerles un dibujo de nosotros tres y Groot para demostrarles que los quiero muchísimo —susurró aún sin mirarlos.

Harry y Louis desdoblaron las hojas que el niño les había dado, encontrándose con tres personas hechas de un círculo y palitos que se suponía que eran los cuerpos, los tres tenían sonrisas en sus caritas y al lado del más pequeño, quien asumieron era Alexander, había un perrito un poco torcido pero se podía distinguir lo que era. En la parte de arriba había un sol sonriente y nubes y alrededor de ellos habían muchos corazones y puntitos amarillos. El dibujo de Louis decía: "Para mamá Lou" con letras unas más grandes que las otras y el de Harry decía: "Para papá Harri" con el nombre mal escrito pero eso lo hizo aún más tierno.

—Está precioso, bebé.

—Tus dibujos son muy tiernos, campeón.

—¿Les gustó? —preguntó alzando al fin su mirada.

—Nos encantó —dijeron ambos al unísono.

—Nadie nunca me había regalado algo tan bonito, Alex —dijo Harry abrazándolo y dejando un beso en su frente.

El niño saltó feliz en la cama y le dejó un beso a cada uno en su mejilla.

—¿Puedo dormir hoy con ustedes, por favor? —preguntó juntando sus dos manos y haciendo un pequeño puchero.

—Mm, está bien, pero si pateas mucho te llevaré a dormir con Groot —respondió Louis haciéndole cosquillas.

—¡No, no, mami! —gritó riendo—. ¡Sin patadas, promesa! —mostró su dedo meñique haciendo que tanto Louis como Harry entrelazaran sus dedos con el de él.

El niño se acomodó en la mitad de ambos y Louis empezó a jugar con su cabello, haciendo que pronto empezara a cerrar sus ojitos.

—Los quiero —murmuró antes de quedarse profundamente dormido.

Harry y Louis se sonrieron y se inclinaron por encima del niño para darse un corto beso de buenas noches.