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Ya había pasado una semana desde que Harry había empezado a enseñarle a Alexander y sus compañeros.

Todos los días de esa semana, Louis había llevado al pequeño a sus clases y a veces, mientras esperaba a su hijo, conversaba un rato con Harry y poco a poco las cosas eran menos incómodas y le generaban menos nervios al castaño.

Para él, era un poco raro que estuviera sintiéndose así con el profesor de su hijo y era aún más raro que hubiese visto sus fotos de Instagram unas cuatro veces esa semana, pero no podían culparlo, hace mucho tiempo no veía a alguien tan guapo ni salía con nadie. Seguro era su pequeña conciencia jugándole una mala pasada, además, estaba seguro de que en un mes, más o menos, ya estaría en el olvido que Harry le parecía guapo y sólo sería "el profesor de su hijo que no es tan guapo".

Harry por su lado, estaba convencido de que Louis era muy heterosexual y tenía una esposa, la cuál era la madre de Alexander porque el pequeño se la pasaba diciendo "mi mami esto y aquello" a sus compañeros. Pero, que fuera heterosexual no era un impedimento para que Harry lo mirara mientras caminaba hacia la salida con Alexander, ni pensara que sus ojos eran los más hermosos que había visto en su vida.


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Louis y Alexander salieron a comprar algunas cosas en el supermercado que quedaba cerca de su apartamento. Louis había invitado a Perrie, Jade y Leigh a cenar así que debía llevar algunas cosas que le faltaban para poder preparar todo.

— ¿Puedes comprarme unos dulces, mami? —preguntó Alexander quien iba sujetando la mano de Louis y las balanceaba de adelante hacia atrás.

—Mm, no lo sé. ¿Crees que los mereces, bebé?

—Sí, hoy gané dos estrellitas con el profesor Harry y lavé mis dientes sin que tú me lo dijeras.

—Bien, creo que sí te los ganaste. —Louis sonrió cuando su hijo dio un pequeño brinco sin soltar su mano.

Diez minutos después, ambos estaban caminando por los pasillos del supermercado mientras echaban todas las cosas que necesitaban. Louis había llevado una lista para que no se le olvidara nada.

—Bien, pequeño, creo que ya llevo todo. ¿Aún quieres buscar dulces?

—Sí, por favor.

Louis le sonrió y tomó su mano para caminar hacia el pasillo donde estaban los dulces.

No tardaron mucho ya que Alexander siempre escogía las mismas gomas siempre que compraba dulces, así que era fácil.

Mientras estaban en la caja, Louis recibió un mensaje de Jade.

Jade: Louuuuu, por favor lleva unas cervezas, prometo tenerlas lejos de Alex. Te amooo

Louis suspiró y vió que ya casi era su turno y que además habían más personas atrás de él.

—Bebé, ¿puedes esperarme aquí? No tardo.

—Sí, mami. Pero que sea de verdad que no tardas.

—Lo prometo. —Louis le sonrió a la cajera quien escuchó lo que le dijo a Alexander y ella le dio un pequeño asentimiento para que fuera tranquilo.

Mientras el pequeño esperaba a Louis con sus dulces en las manos, vió una mata de rizos castaños que ya conocía muy bien. Era su profesor Harry, saliendo de la caja siguiente a la suya.

— ¡Profe Harry! —gritó cuando pasaba por el frente y el rizado no tardó en verlo.

—Hola, campeón. —dijo acercándose con una sonrisa. — ¿Qué haces?

the teacher and ¿mommy? [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora