Capitulo 6

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—Entonces, déjame ver si entendí.

—¿Por octava vez?.- Responde aburrido el de gorro.

La conversación, no iba para nada con el ambiente, con aquella música apenas y podía escuchar a sus amigos.
Las luces resplandecían la pista de baile, el sonido retumbaba sus oídos, los gritos de euforia con el cambio de ritmo, el olor a alcohol y cigarro impregnado en todo el lugar, algo típico en todo antro.

Alex rueda los ojos, ante la actitud de Roier, a perdido la cuenta de las veces que ha explicado aquel lío con el padre soltero.

—Me estás diciendo, que aceptaste en tu casa a un sexy  vagabundo papá soltero, porque lo han corrido del departamento y su hija te tomo como su mamá.

—¡No! No, no, no es sexy, ni un vagabundo ¡Y yo no soy la madre de nadie!.

—Como digas mami.
El tono coqueto y burlesco de Cellbit, no hizo más que molestar al más bajo, su cara se volvió roja, quizás de la vergüenza.

Estaban cerca de las 9 PM, Quackity sabe que está es la hora en la que Tallulah toma el baño.
Apenas llevan una semana en el mismo techo, y siente vergüenza de este hecho, no estaba planeado que los tres vivieran juntos.

Pero el señor del alquiler recibió un par de amenazas sobre el desalojo de Wilbur y la niña, así que la decisión de que ambos estuvieran temporalmente en la casa de Quackity fue muy poco ortodoxa¹.
Alex por su parte, no podía protestar, el ya había aceptado la compañía, además de que Wilbur se ofreció a pagar todos los servicios básicos de la vivienda.

Un plan muy mal planeado, pero bastante efectivo, nadie sospecharía de que un criminal estaría viviendo en la casa de un ciudadano modelo.

Ahora ahí estaba, en una disco gritando la situación a su mejor amigo.
Distraído, pasa desapercibido las señas que Cellbit le hace a una señorita, muchacha que se acerca de forma peligrosa al pelinegro, el cual no puede evitar dar un respingo cuando siente unas manos recorrer su espalda de forma sutil.

—¿Qué tal?.- El tono juguetón de la chica, hace que el estómago de Quackity se revuelva.
Cruza sus brazos por su nuca, acariciando sus largos cabellos, pegando su cuerpo al del chico que solo se mantiene estático frente a ella.

— Gracias, no estoy interesado.- Alex no responde el saludo, tratando de sonar lo más cortés posible.

Prefiere mantenerse ajeno, algo complicado cuando Roier y Cellbit deciden abandonarlo, poniéndose a trabajar.
De alguna forma, esto consigue ofender a la chica, forzando el agarre de sus brazos, Alex no quiere ejercer fuerza, por lo que al segundo intento decide rendirse, estara todo bien siempre y cuando no haga otra cosa.

Querido Profesor [Quackbur]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora