Capitulo 10

344 48 9
                                    

═══════ ≫ ♡ ≪ ════════

—¿No crees que te has encariñado mucho con esa mocosa?.

—Quizas, ¿Tanto te importa?.- Cuestiona.- ¿A ti?.

—No es necesario, calabaza, solo es una opinión.

—No me llames así.

El silencio se vuelve algo tensó, un ambiente bastante incómodo, el impotente hombre camina hasta una estantería, rebuscando entre los muebles de una costosa vitrina, con tranquilidad toma dos copas y una botella de whisky en buen estado, estaba preparado para esta visita.

—¿Un trago?.

Quackity no responde, con un ademán de manos logra comprender que es una respuesta afirmativa, sentándose ambos en cada extremo de la gran mesa de roble.

—Bien, ¿En qué puedo ayudarte?.- Jschlatt cuestiona, sirviendo con profesionalismo los hielos redondos en aquellos vasos de cristal grabados.

—Este año dejas de trabajar como administrador, ¿Verdad?.

—Cabe la posibilidad.

—Ten, léela.- vacila, entregándole una grande y gorda carpeta.

El castaño observa con cierta curiosidad el sobre, puede sentir como cruje y los papeles dentro de el.
Abre el papel con cuidado, sin poder evitar que sus ojos se vayan agrandando con cada hoja de papel que pasa frente a su rostro, su corazón se acelera y sus manos sudan.

—Esto... ¿Tu?. No, olvida lo Axel.- Responde prepotente.

La tensión comienza a crecer en la habitación, un sentimiento de pesadez se instala en su estómago, revolviendo lo que parece ser el desayuno, los nervios no tardan en aparecer causando náuseas.

—Jschlatt, escúchame, no tendrás repercusiones.

—¿Sin repercusiones? ¡Sin repercusiones! ¡Bravo! Alguien de le un premio a este hombre.- Menciona con ironía.- Hay una breve diferencia, en hacerte el favor de darte un trabajo y el de quitarle el suyo a alguien más, especialmente a este imbécil.- Gruñe, señalando los documentos.

El gran hombre da un breve suspiró, a pesar de todo, comprende las intenciones de la persona frente a el, Quackity por el contrario, se mantiene imperturbable, está decidido a no retirarse del lugar hasta lograr su cometido.

Toma un trago amargo, azotando el vaso en la mesa de roble.- Es una orden, ambos tenemos un trato, míralo de esta forma. Si tú metes a este hombre al tribunal, yo te saco de él, este hombre solo estará ocupando tu lugar en la cárcel.

—Si no cumples tu palabra, al salir, matarte será lo primero que yo haga, calabacita.

—Yo siempre cumplo.- El de gorro lo tienta, utilizando una voz susurrante y amenazadora.- Después de todo, aplace tu juicio, ¿No?.

El castaño en un gesto de molestia gruñe, levantándose bruscamente de la mesa, resignado, toma el teléfono de casa.

—Quédate ahí, haré un par de llamadas.

.
.
.
『 °*• ❀ •*°』
.
.
.

El reloj marca las 12 y nuevamente el pelinegro no había llegado a casa.

Wilbur no podía engañarse a si mismo, trataba de excusar el desvelo con “trabajo” cosa que no es verdad, estaba esperando a Quackity, los retardos del docente cada día lo tenían más inquieto, preocupado, el temor de encontrarlo igual o quizás peor que aquella vez del bar, lo consumían, de vez en cuando trata de convencerse a si mismo que quizás y solo está pasando un buen rato con alguien.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 24, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Querido Profesor [Quackbur]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora