Capitulo 5

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Una corriente eléctrica desciende desde sus mejillas, recorriendo su nuca, atravesado su espalda baja, hasta detenerse como un nudo en su estómago, el cosquilleo le hace sentirse más nervioso de lo usual

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Una corriente eléctrica desciende desde sus mejillas, recorriendo su nuca, atravesado su espalda baja, hasta detenerse como un nudo en su estómago, el cosquilleo le hace sentirse más nervioso de lo usual.

—Tallulah, por favor, espera en el salón de clase.- Anuncia el profesor, señalando la salida.

Tallulah muestra una respuesta afirmativa a su maestro, aunque al salir de la oficina, no sigue la indicación, permanece en el rabillo detras de la puerta, tratando de escuchar la conversación entre ambos adultos.

—Señor Soot, tome asiento.

—Profesor, yo.- Antes de que Wilbur pueda formar Quackity interviene con un gesto de mano.

—Lo que está ocurriendo no es culpa de Tallulah, reflexione su decisión, ella por fin pudo hacer amigos, está pasando por un etapa crucial de su desarrollo, el aislarla podría traer graves consecuencias.

Wilbur baja la cabeza, sabe que tiene razón, pero aún así todo lo que sale de su boca, son solo excusas. El docente denota esta inseguridad ante las decisiones del padre, con lentitud, toma ambas manos del hombre y muy suave, casi en un susurro sugiere.

—Podemos buscar una solución, quizás podría estar con su abuelo.

A este punto Alex está más cerca de lo que el castaño consideraría como un espacio personal crucial, aunque su gesto logro bajar la tensión entre el y su adversario¹.

—No podría hacerlo, no puedo, es demasiado trabajo para Philza cuidar de tres personas, es demasiada responsabilidad y peligro.

— ¡Puede cuidarme el maestro Quackity!.- Tallulah grita de repente, callendo a causa de la fuerza de presión en la puerta.

Ambos adultos están confundidos con la propuesta de la niña, se instala un rotundo “no” en los pensamientos del castaño, demasiados puntos en contra.
Aunque la opción sigue divagando en su cabeza, no suena tan mal, un experto en niños, cuidando de un niño, Tallulah había influenciado demasiado a Wilbur en la perspectiva sobre Quackity, un joven tres años menor a él, sin compromiso, ni hijos, completamente dedicado a su trabajo.

—Mi amor, no es posible, tu profesor tiene muchas responsabilidades, no creo que pueda.

—Podria hacerlo.

Una respuesta impulsiva causada por un simple “no creo que pueda”, su tono de voz salió más seguro y fuerte de lo que esperaba, no es de esperar que el calor comience a subir por sus mejillas comenzando  sudar levemente, por parte de Wilbur  su rostro es de sorpresa, no esperaba una respuesta afirmativa a tal sugerencia de una niña.

Quackity sacude su cabeza, fue estúpido, una respuesta estúpida, pero ha dejado un rastro de esperanza en Tallulah, dejando a la luz una sonrisa dental con unas mejillas rojas y ojos chinos.

Querido Profesor [Quackbur]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora