Querido Profesor [Quackbur]

Capitulo 2

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5:30 AM.

Comienza a sonar aquel horrible despertador.
Su ciclo de sueño es terrible, jamás ha conseguido dormir con tranquilidad.

Toma su tiempo para estirar cada parte de su cuerpo, tratando de liberar la tensión.
Las sábanas le llaman con desesperación, sus ojos pesan al igual que su cuerpo, estaba a punto de quedarse nuevamente dormido.
Apenas es martes y puede jurar que el fin de semana jamás existió.

Un traste de metal se azota con fuerza en la puerta de su habitación y ya imagina de quién se trata, intenta ignorarlo, pero llantos y rasguños comienzan a salir por detrás de la puerta.
Cubre su cabeza con la almohada, soltando un gruñido fastidiado, “¡5 minutos más!” le grita.

Y como si le entendiese, se detiene.
El silencio se vuelve tan profundo que comienza a preocupar le.

Cuando bajo las escaleras corriendo, Tigre, su gato, ya había tirado tanto la basura como su bote de alimento.

Tigre sigue su rutina de siempre.
Llorar en la puerta, obligar a Quackity a levantarse, mirar con odio a las personas que pasaban por su ventana y dormir.
Quackity sigue su rutina de siempre.
Limpiar el desastre de Tigre, bañarse, arreglarse e ir a la escuela.

Apenas es el segundo día de la semana y ya no puede esperar a que sea un viernes por la tarde.

El resto de su día transcurre con normalidad.
Aparcar en el mejor lugar - Listo.
Olvidar el desayuno - Listo.
Preparar la pizarra - Listo.
Acomodar escritorio - Listo.
Pelear con el director - Listo.

Típica rutina de maestro promedio, se dice a si mismo.
En parte está decepcionado, tendría mucho mejor puesto de trabajo con alguna certificación, pero mientras eso no suceda, siempre estará amenazando por la dirección escolar.

Así que se resigna a su rutina habitual.

Observa su cuadernillo, como todos los días, apenas había pasado la semana de prueba de Tallulah, y para su sorpresa, la niña se adapto más rápido de lo esperado, aunque sus habilidades sociales siguen siendo un problema.

Así que ahí está nuevamente, la niña preguntando si puede quedarse a comer en el salón, es imposible para Quackity decir que no, le estaba tomando demasiado cariño, ¿Y como no? Si diario le regalaba flores amapolas, manzanas y siempre cumplía con sus tareas y actividades.
Cuando Quackity pregunta por sus regalos, la respuesta siempre es la misma “por que debe comer más”, “me recordó a usted”, “por que lo quiero”

Es apenas una niña y toma responsabilidad por un adulto, de cierto modo le preocupa, pero compañía y regalos no se le niegan a nadie.

—Maestro Quackity, ¿está casado?.

—Uhm pues no.

—¿Por qué no está casado?.- Es momento en el que Pomme se une a la conversación, el receso acabo y poco a poco los niños comienzan a juntarse a la plática.