Desesperación

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Había una vez un mundo lleno de magia y de criaturas asombrosas capaces de utilizar poderes. El territorio estaba dividido por sectas, algunas de ellas eran lideradas por estos híbridos, por ejemplo, la línea de sangre de los Lan eran dragones, en cambio el clan Jiang eran tigres. La mayoría de estos híbridos se extinguieron gracias a los cazadores, personas que cazaban a las criaturas por unas cuantas monedas y sobrevivir.

Una de las razas que se extinguieron fueron los zorros y las nagas, los zorros vivían libremente en el gran bosque de las flores, mientras que las nagas vivan en el gran rio. En ciertos pueblos la pobreza azotó y unos cuantos hombres desesperados comenzaron a cazar a las criaturas por las noches, sobre todo los zorros que se volvieron codiciados. El pelaje de sus colas era usado para hacer abrigos y ropa que solo los de la nobleza podían disfrutar, de igual manera utilizaban los pelos para crear llaveros y usarlos como accesorios de buena suerte.

Un pequeño grupo de zorros viajaba de un lado a otro intentando huir de los cazadores, hasta que una noche fueron capturados una gran parte de ellos. Los cazadores explotaban a los zorros, atrapándolos y encerrándolos en pequeñas jaulas, los zorros eran criaturas especiales ya que tenían el don de la fertilidad, no importaba si fuesen machos o hembras, podían concebir. Es por eso que los cazadores guardaban algunos zorros para preñarlos y quitarles las crías.

Uno de los zorros, Wei Wuxian, fue a la secta Jiang para pedir ayuda, pero solo lo ayudaron a resguardarse junto con su manada. Wei Wuxian deseaba hacer justicia por sus propias manos, así que una noche decidió huir de Yunmeng para buscar desesperadamente el lugar en donde se encontraban los cazadores, al encontrarlo, no creyó lo que observaba.

Los cazadores estaban cenando mientras tenían a todos los zorros encerrados en pequeñas jaulas, los pequeños y los adultos estaban separados. Wei Wuxian lleno de ira, sacó su flauta demoniaca que llevaba en su cintura y la utilizó. El zorro nació con un don sobrenatural, es un zorro demoníaco de nueve colas capaz de manejar a su antojo la energía resentida, un arma imparable y a la vez tenebrosa.

Wei Wuxian controlaba algunos cadáveres para atacar a los cazadores, de pronto, fue interrumpido por una gran ventisca. A lo lejos vio como un enorme dragón con hermosos ojos dorados comenzó a lanzar fuego en el lugar, el zorro aprovechó el momento para colarse en el campamento y salvar a los zorros. Wei Wuxian miraba atento al dragón, no tenía ni idea de quien era, pero por siempre le agradecerá. Esa noche volvió con el resto de zorros para descansar en el clan Jiang y a la primera hora del día, decidieron irse a un lugar tranquilo y lejano. Después de un tiempo, la manada encontró un sitio seguro y Wei Wuxian se encargó de buscar trabajos esporádicos. Muchas veces iba por las noches de cacería nocturna para ayudar a los aldeanos que vivían atemorizados por los fantasmas y demonios, él usaba su poder para ayudarlos y de paso ganar unas cuantas monedas.

Una mañana, Wei Wuxian salió hacia el pueblo cercano, su misión era comprar unas cuantas verduras y comida para comer por lo menos tres días. Cada vez que Wei Wuxian visitaba un pueblo, él utilizaba su magia para ocultar su cola y orejas, ese día el zorro se apresuró para regresar a casa y al llegar, se topó con algo desagradable. Los cazadores habían encontrado su escondite y estaban llevándose a los zorros, los ojos de Wei Ying se volvieron rojizos y su ira se hizo presente. Agarró su flauta para detenerlos, pero uno de los hombres le golpeó con fuerza la cabeza, haciéndolo caer al suelo.

Al despertar, sintió un dolor en todo su cuerpo. El grupo de cazadores reían entre si y dejaron al zorro en el suelo incapaz de moverse. El líder hizo de las suyas con el zorro y abandonaron a su suerte a Wei Ying. El zorro, de la desesperación, golpeaba una piedra para liberar su rabia, ya no le importaba si se hacía daño a si mismo. Durante varias semanas, el zorro estuvo oculto en una cueva sin comer, sin mirar el sol, solo esperaba a que llegara el día en que su cuerpo ya no pudiese más y descansar en paz.

El bosque de las floresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora