Reencarnación

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Pasaron diez años, durante ese tiempo, los cazadores dejaron de perturbar a las criaturas divinas. Los Wen que sobrevivieron fueron condenados. Al poco tiempo, una extraña enfermedad comenzó afectar únicamente a los humanos.

Quienes padecían de la enfermedad se volvían inmortales, pero con el paso del tiempo perdían la cordura; otros síntomas eran mareos y vomitaban sangre hasta debilitarse. Las criaturas divinas eran los únicos que no podían contraer la enfermedad. Los humanos comenzaron a sospechar que las criaturas habían creado ese virus, otros decidieron culpar a Wei Wuxian.

El territorio se dividió, había quienes seguían adorando a las criaturas divinas como dioses y otros no deseaban verlos ni en pintura. Los antiguos cazadores seguidamente amenazaban con atacar nuevamente a las criaturas, ya que desesperadamente buscaban una cura ante tal virus. Ante todo el caos, las criaturas intentaban mantener la paz y tranquilidad en todo el territorio, pero de todas maneras debían estar alerta ante cualquier ataque.

A pesar de todo, todos los días un hombre de túnicas blancas visitaba el bosque de las flores. Siempre llegaba puntual y tomaba asiento en un pequeño tronco, como si estuviera esperando a alguien. Pasaban unas horas y salía del lugar en silencio, varios aldeanos llegaron a ver al hombre, pero nunca se acercaron a él por ser un dragón.

Un día, Lan Wangji, no pudo asistir al bosque de las flores debido a que tenía que acompañar al grupo de jóvenes de su secta al pueblo. Durante diez años nunca dejó de visitar el bosque de las flores y esta sería la primera vez que no asistiría. Aunque era su responsabilidad, el segundo dragón de jade tenia un fuerte presentimiento, que le era difícil de ignorar.

Ese mismo día, una sombra extraña apareció en el bosque, aquel espectro era similar al que le devolvió la vida al bosque luego de que se quemara por completo. Este fenómeno lanzó un hechizo e hizo aparecer un cuerpo humano, era un chico quien estaba despertado de un largo sueño.

El chico se puso de pie con cuidado, se tambaleaba con solo dar unos cuantos pasos, pareciera como si fuese un pequeño niño. Él se detuvo en un árbol y admiró el cielo. El joven era alto, delgado, con cabellera larga y oscura, al ver un rio cercano, se acercó al agua para poder lavar su rostro y verse a sí mismo.

—Mierda... ¿Qué hago aquí? –

Wei Wuxian se sorprendió, ¿Cómo es que volvió a la vida? ¿Quién lo invoco? Y ¿Cómo lo hicieron? definitivamente había vuelto, Wei Wuxian regresó, aunque su cuerpo no es el mismo, su apariencia era similar. Su cabeza daba vueltas y no entendió lo que sucedía, así que decidió seguir su instinto para poder salir del bosque y encontrar un lugar donde refugiarse.

Wei Ying encontró un pueblo que al parecer era nuevo, ya que no recordó haberlo visto antes. Al entrar, la gente se miraba hospitalaria, a pesar que varios se miraban demacrados, estaban alegres. Mientras Wei Ying recorría el pueblo, escuchó algo sobre una enfermedad. La naturaleza curiosa del chico hizo que sintiera la necesidad de escuchar.

Un pequeño grupo de residentes estaban preocupados ya que varias personas habían recaído ante la enfermedad y los tenían apartados en unas cabañas. Wei Ying no pudo evitar acercarse y preguntar al respecto.

—¿Sucede algo malo? -

Wei Wuxian preguntó y una mujer le respondió.

—Una gran parte de nuestros compañeros están enfermos, ha pasado tiempo y no ha surgido una cura, es preocupante. –

Wei Ying se quedó pensativo, no entendió al respecto y al ver una anciana acercarse, ella respondió sus dudas.

—Desde hace tiempo surgió una enfermedad extraña que solo nos afecta a nosotros los mortales, todavía no hay cura, pero esperemos que pronto la encuentren. Por el momento estamos haciendo lo posible por hacer sentir mejor a los afectados.

Wei Ying se sintió un poco mal por esas personas y luego preguntó.

—¿Cómo es que ocurrió todo esto? ¿Acaso es contagioso? -

El grupo de personas se disolvió y solo la anciana respondió las preguntas de Wei Ying.

—No se sabe con exactitud, pero se dice que las criaturas divinas y Wei Wuxian la crearon con el fin de exterminarnos. Sinceramente no creo mucho en esa teoría, pero esperemos que todo se resuelva. -

La anciana bastante amable, le mostró una sonrisa al chico y luego lo invitó a comer un poco de pan en su cabaña. El chico aceptó sin problemas y comió como si no hubiera un mañana, mientras inventó toda una historia haciendo creer a la anciana que él viene de tierras lejanas y que estaba perdido. Después de tener el estómago lleno, aprovechó para seguir preguntando.

—¿Por qué piensan que Wei Wuxian originó aquella enfermedad? -

Preguntó Wei ying mientras bebía un poco de té.

—No lo sé, dice la gente que él se sacrificó para que los Wen y los cazadores no le hicieran daño a las criaturas y a nuestro territorio. Sin embargo, todos afirman que era un demonio zorro y por eso no era de fiar. -

Wei Wuxian suspiró, no podía creer que lo estuvieran calumniando de esa forma. Antes de retirarse, le pidió a la anciana direcciones para poder llegar a la ciudad principal. Al final se despidió y camino rumbo a su nuevo objetivo. Durante su camino, recordó algunas cosas que hizo en su primera vida y se detuvo para tomarse un respiro.

Conforme iba llegando a su destino, sintió algo de nerviosismo por tan solo pensar en toparse a viejos conocidos, hasta que llegó a la ciudad. Wei Wuxian se mezcló entre la multitud y algo captó su atención: un grupo de jóvenes con túnicas blancas pertenecientes al clan Lan.

Sus piernas temblaron y decidió esconderse, aunque deseaba saber el por qué estaba ahí. Wei Ying decidió seguirlos y así logró llegar a una mansión elegante. Pues resulta que una familia aseguraba que estaban siendo asechados por unos demonios, por lo que llamaron al clan Lan para pedir ayuda y que hicieran un exorcismo.

Wei Wuxian sabía que el clan Lan estaba alejado de la sociedad ya que no deseaban tener interacción con los humanos, ya que al ser dragones corrían peligro. Le resultó curioso verlos mezclarse entre la gente. Wei Ying logró escabullirse y entrar en la mansión para observar todo el trabajo de los chicos.

Más tarde, cuando creían que todo iba marchando bien, los jóvenes al estar haciendo el ritual para deshacerse del supuesto demonio, uno de los familiares salió al patio para culpar a los jóvenes de la enfermedad. El hombre hizo un escándalo llamando la atención de los demás miembros y trabajadores, los jóvenes Lan intentaron calmar al hombre, pero se volvió agresivo.

—¡Ustedes quienes portan esas túnicas son criaturas demoniacas! ¡Por su culpa miles de personas están enfermando! -

Al parecer todo era un plan para atrapar a los dragones y poder vengarse por las vidas inocentes. Los jóvenes se defendieron ante la multitud, cuando no pudieron contra ellos, salieron huyendo del lugar. Wei Wuxian estaba molesto, deseaba patear el trasero de aquellos hombres.

Los chicos se escondieron detrás de una posada, fue tanto el alboroto que varias personas se unieron ante el escándalo y llevaron antorchas.

—¡Sizhui! debemos hacer algo al respecto. ¡Hay que defendernos! -

Dijo Lan JingYi al ver a los hombres armados.

Sizhui intentó mantener la calma y lanzó una pirotecnia para pedir ayuda, los jóvenes se escondieron en el bosque de las flores y Wei Ying con la ayuda de una varita de bambú, logró tallar una flauta para invocar unos cadáveres. Los cadáveres surgieron de la tierra y se fueron encima de los hombres, ellos se espantaron al ver aquellos fenómenos en mal estado. Varios de ellos huyeron ya que acusaron a los presentes de brujería.

Wei Wuxian quien se encontraba escondido entre unos arbustos, continuaba tocando la flauta de bambú para controlar a los cadáveres, gozaba de ver las expresiones de los hombres y de pronto, olió un aroma familiar.

El aroma a sándalo solo le hizo recordar a alguien: Lan Wangji. Wei Ying entró en pánico y vio a Lan Zhan entrando en accion, deshaciéndose fácilmente de los hombres que se mantenían molestando a los jóvenes. Después de que huyeron al no poder luchar contra el dragón, Wei Ying fue detenido por el hombre de ojos dorados

—Detente... -

El bosque de las floresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora