¡! — "agosto se escapó en un
momento en el tiempo,
porque nunca fue mío"HABÍAN PASADO SEMANAS ante el último encuentro íntimo entre Milena y Leandro. A pesar de que la rubia había intentado comunicarse incansablemente con el chico, no había obtenido logro alguno. Agosto había terminado y con ello, sentía que su "hilo rojo" también.
Suspiró, mirando el último mensaje que le había enviado; espero no haber hecho algo mal, nos vemos.
Mordió su labio inferior y apagó su celular, dejándolo sobre su pecho. ¿Había hecho algo mal? rondó por su cabeza, claramente no, o eso creía. Internamente pudo convencerse ilusamente de que el chico se encontraba con su familia, y que capaz y solo capaz, para hablar con Camila y cumplir con la promesa que le había hecho a ella 3 semanas atrás.¿En verdad lo iba hacer? Ella creía que si, pero por otro lado, Leandro estaba debatiendo entre la espada y la pared. Se encontraba sentado frente a Camila, en la habitación matrimonial que compartían, buscando las palabras correctas para confesarle que había tenido un amorío, si es que así se le podía definir a lo que "tenía" con Milena.
—¿De que querías hablar, gordo? —interrogó ansiosa e impaciente Camila, su mujer. Mirándolo fijamente y estudiando cada movimiento que el contrario realizaba con nerviosismo.
—¿Te acordas cuando salí con los chicos en Qatar? —dijo mirándola, Camila asintió y Leandro soltó un suspiro un poco angustiado. —Bueno, conocí a una chica. —confesó, con la voz en un hilo de arrepentimiento. O eso quería creer él, muy en el fondo no estaba arrepentido, aunque lo negara constantemente.
Galante, por su parte mantuvo la misma postura de siempre, ¿Se lo esperaba? Claro que sí, hacia meses que Leandro llegaba y raramente, pasaba todo el tiempo con ella y sus hijos, cuando la mayoría de las veces, se enfocaba en solo entrenar. Además, el aroma dulce de perfume de mujer que tenía su ropa, lo delataba.
—Mínimo... ¿La dejaste de ver? —preguntó mirándolo, y Leandro rápidamente asintió. Era mentira, pero en verdad quería creer que lo que había pasado la última vez, había sido su despedida con Milena, al menos de su parte.
—Si gorda, y me arrepiento de todo. —murmuró y entrelazó los dedos de ambos, para luego depositar un beso en las manos de su mujer, la mujer que el en verdad amaba.
Camila, aceptó aquel hecho de que su marido, le había sido infiel y confiaba ciegamente en que le había dicho toda la verdad. O eso creía ella.
—Te amo, ¿Si? Perdóname. —murmuró Paredes con total, arrepentimiento. Camila asintió y ladeó una sonrisa. Confiaba en él, y su palabra.
Pronto, y volviendo a lo de Milena, la rubia se encontraba mirando su último chat con Paredes. Preguntándose internamente en si se volverían a ver. Y en segundos, su celular vibró, dejando lucir un mensaje de él. De Leandro.
"Ya hablé con Camila, nos vemos esta noche en casa" 18:09pm.
En casa, repitió mentalmente y una tonta sonrisa se dibujó en sus labios. Sintió como toda su anatomía cobraba vida nuevamente y se levantó de su cama, pronta a prepararse para él, para su chico. Aunque, muy en el fondo un malestar se plantó en su estómago, decidió no prestarle atención. De seguro eran los nervios, era lo que pensaba desde la ilusión.
Miró nuevamente su celular y tecleó por unos cortos segundos en la pantalla del mismo;
" Me imaginé. Nos vemos más tarde" 18:11pm.
Mordió su labio suavemente y suspiró, estaba hasta las manos y creía que el morocho también. Pero lo que ella no sabía, es que él nunca había cumplido la promesa que le había hecho semanas atrás.
¡! 22.07.23