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¡! the final chapter !














¡! — "desear era suficiente
para mi, fue suficiente"













EL SILENCIO REINABA dentro de aquella habitación, Milena se encontraba procesando cada una de las palabras que habían salido de los labios de su contrario. Sentía como su pecho dolía y las lágrimas seguían cayendo de forma perlada sobre sus mejillas, lo cuál, a Leandro no le importaba en lo mas mínimo. Al contrario, parecía que ella y sus sentimientos le eran irrelevantes. Y a Milena, eso le dolía.

—No entiendo... —fue lo único que pudo salir de su boca. —Me dijiste que habías hablado con Camila, Leandro. —musitó, dolida.

Leandro por su parte, negó y se relamió los labios, soltando una risa silenciosa. —Milena, es mi mujer. La que estuvo conmigo desde que yo era un pendejo, ¿No te das cuenta? Lo mío era calentura nomás. —dijo mirándola fijamente. La chica frente a él, se encontraba rota, vulnerable y no le importaba, ni siquiera un poco.

—Sos un hijo de puta. —soltó la ojiverde, era la primera vez que se enojaba en frente suyo. —Sos un forro hijo de re mil puta. —señaló con su dedo índice al chico y sorbió la mucosidad que se acumulaba dentro de su nariz, mientras luchaba internamente contra las emociones que la sucumbían. Visualizó sus pertenencias y pronto, comenzó a cambiarse torpemente, mientras insistía contra las lágrimas que amenazaban con salir nuevamente.

—Perdón, ¿Si? Pero no puedo dejar a mi familia, Milena. —acotó el chico, y se acercó a ella, tomándola por los hombros. —Vos no sos para mí, y yo no soy para vos. Date cuenta. Sos chica todavía, te falta mucho por experimentar, y yo ya no estoy para esas. —murmuró y la obligó a que lo mire.

Milena por su lado, soltó un sollozo y sus labios comenzaron a temblar nuevamente, dando aviso a su desmoronamiento oficial.

Desear era suficiente. —musitó en un hilo de voz. —Para mí, era suficiente, Leandro. —sollozó y se derrumbó en sus brazos. Por total inercia, Leandro la abrazó y muy en el fondo, aunque lo negó en aquel momento, internamente se estaba desmoronando al escucharla llorar por él. Pero no se arrepentía en lo absoluto, sabía que había tomado la decisión correcta. O eso quería hacerse creer. —Pensé que me querías. —murmuró entrecortadamente y el contrario, suspiró. Se separó de ella y le limpió las lágrimas que difícilmente querían dejar de aparecer en el rostro de la rubia.

—Si te quiero, pero no como vos esperas. —musitó mirándola, ocultando profundamente el dolor que quería hacer presencia en él. Lo estaba destruyendo mental e internamente verla así de mal frente a él.

No fueron muchos los segundos donde Leandro peleó internamente con su remolino de emociones, que unió sus labios, como beso de despedida. Una despedida que Milena se negaba a tener.

Leandro por su parte, sintió como le estaba dando fin a aquella etapa, para poder seguir su vida normalmente con la familia que había formado hacia años.

Pronto, al separarse, Milena, con el corazón en la mano y mil palabras por decir, se levantó y sin decirse nada; se miraron una última vez. Leandro deseando que las cosas no se hubieran dado así, y la rubia, sintiendo como su alma se desgarraba con tan solo mirar por última vez, aquel rostro que le había hecho sentir cosas que nunca había sentido con alguien antes.

Agosto, para ella, había sido como una botella de vino, donde aquella situación con el chico, había sido solo algo pasajero. Donde jamás había sido suyo, ni ella de él.

















¡! fin.












¡! 24.07.23

august ─leandro paredes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora