❝Y el heredero de Camelot regresará, para sacarnos de la oscuridad y reunificar a Albión❞
𝐋𝐚𝐧𝐬 𝐁𝐫𝐢𝐭𝐥𝐞𝐫𝐭𝐨𝐧, se crió junto a sus tíos en un Londres actual y moderno pero todo su mundo podría cambiar, cuando se entere que es el príncipe d...
Pero el pequeño bebé que la reina de Camelot llevaba en su vientre,
tendría un destino incluso más grande que el de ella misma.
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Prólogo
3 años pasaron desde la derrota de Mordred y Morgana.
Camelot se encontraba en su era más próspera, donde la magia blanca era permitida con total libertad y donde los seres mágicos rondaban con armonía.
En las calles, los magos hacían sonreír a los niños pequeños con sus trucos de magia, las brujas veían el futuro de las personas y las hadas merodeaban animadamente por las calles.
Y dentro del castillo, las cosas no podían ir mejor.
Nuevos caballeros se habían sumado a la mesa, jóvenes, inexpertos, pero valientes y justos.
Merlín seguía siendo el consejero real y en sus tiempos libres, asistía a Gaius en el ámbito médico, perfeccionándose cada vez más en su profesión.
Quizás, el hechicero se encontraba más nervioso de lo normal. Pues su esposa, Guinevere, estaba esperando un bebé y su torpeza solo empeoró ante la noticia.
Si, Merlín seguía siendo el mismo.
Arturo se había convertido en el rey más grande de todos los tiempos, tal y como la profecía lo dictaba.
Su reino era millones de veces más próspero y fuerte que el de su padre. Y el rey de Camelot, se había ganado el amor y el respeto por parte de todos los seres de magia blanca que alguna vez fueron desterrados.
Nada podía ir mejor, o tal vez sí.
Pues, Camelot iba a tener pronto un heredero.
La reina se encontraba en las últimas semanas de su embarazo y aunque moría por tener a su bebé en brazos, recordaba a menudo aquello que su padre le dijo:
