Capítulo 9

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Me levanto gracias al teléfono que no deja de sonar

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Me levanto gracias al teléfono que no deja de sonar. Recuerdo que en la madrugada cuando me acosté le activé la alarma para la hora siete y media, solo he descansado tres horas, no puedo seguir durmiendo puesto que debo ir a visitar a Nolan a la clínica y ir a la universidad.

Camino hacia el baño, hago mis obligaciones y necesidades, termino para en seguida colocarme unos jeans ajustados y una camiseta negra.

No me da tiempo de comer será mejor que desayune en la universidad.
Salgo de la casa para dirigirme al garaje.
No he recibido más noticias de Nolan, los chicos deben estar allá.

Me subo al auto, lo enciendo e inicio conduciendo.

No pude maquillarme  ya que hice las cosas apresurada, confío llegar hoy temprano a casa y descansar aun cuando se que el sueño no se recupera.
Posteriormente al llegar, me encuentro estacionándome junto con Almarely y al bajarnos ella me mira confusa.
¿Que está haciendo ella aquí?

Se acerca a mi.

—Oye, podemos hablar?
¿De que vamos a hablar?

Si viene a hablarme de Reed no me interesa, desde que terminamos no me interesa.

—Hola Almarely, si claro.—La saludo y le contesto amable.

—No quiero que pienses mal de mi, ya sabes por Reed.—Dice Avergonzada.

No pienso mal de ella, solo jugará también con sus sentimientos pero ya ese no es mi asunto.

—No lo hago créeme, Reed está haciendo su vida y yo la mía.—Le dedico una sonrisa.

—Gracias Jayden.—Me dice resentida.—¿Vienes a ver a Nolan?

—Si, y tú qué haces aquí?

—Mi madre se está realizando unos estudios, en la mañana al llegar vi a Michael y conversé con el.—Me comenta.
No me lo imaginé.

—No sabía, espero que tú mamá se encuentre bien.—Le digo.

—Gracias, me gustó saber que todo está bien entre nosotras.—Dice rápidamente.—Si me disculpas mi madre me está esperando.—Hace un gesto triste.

Siempre lo hemos estado de mi parte, no sé quién demonios le habrá dicho lo contrario como para que piense así, todos en la universidad sabían que Reed estaba engañándome con la mayoría, para nadie era un secreto.

—Bueno entremos.—Le digo señalando la entrada de la clínica.

Entramos, ella se va por otro pasillo mientras me dirijo a la sala de espera y me encuentro con Dinah y Michael.

—Hola chicos, cómo están, cómo sigue Nolan?—Les saludo y pregunto acercándome a ellos.

—Muy bien, todo está bien.—Contesta Dinah abrazándome.
Solo se encontraban ellos en la sala de espera y dos señoras.

Me Verás De Nuevo © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora