Capítulo 44

29 8 0
                                    

Después de disfrutar de un delicioso desayuno juntos, y la piscina decidimos dirigirnos de nuevo a la suite para disfrutar de un merecido momento de relajación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de disfrutar de un delicioso desayuno juntos, y la piscina decidimos dirigirnos de nuevo a la suite para disfrutar de un merecido momento de relajación.

En tanto saboreo un refrescante jugo de naranja, observo cómo él se encuentra cómodamente sentado en el sofá con su ordenador, sumergido en sus pensamientos. Decido acercarme a él, y en un gesto cariñoso, me toma entre sus brazos y me sienta sobre su regazo. Siento su cálido abrazo y su cercanía, lo cual me hace sentir protegida y amada. Tomo un pequeño sorbo de mi jugo, compartiendo ese momento íntimo y especial con él.

La complicidad entre nosotros es evidente, y en silencio disfrutamos de la tranquilidad del momento. Sus ojos brillan con ternura mientras me mira, y yo me siento afortunada de tenerlo a mi lado.

Me quita el vestido y el traje de baño mientras besa mis labios.

—Aun sigo mojada.—Le digo.

—Tranquila.—Dice entre mis labios.

Me excito con cada uno de sus besos, sintiendo cómo mi cuerpo responde con ansias a su contacto. Sin embargo, decido detenerme por un momento para levantarme y bajarle lentamente el pantalón y el boxer, revelando su miembro erecto que me provoca una excitación desbordante.

Sedienta de pasión y deseo, sucumbo a la tentación irresistible de llevarlo a mi boca, entregándome con fervor a la tarea de succionar y chupar con una pasión desenfrenada. Cada movimiento de mi lengua y cada succión provocan en él un gemido de placer. Mientras sus manos toman con firmeza mi cabeza, controlando el ritmo.

En ese instante y entrega mutua, el tiempo parece detenerse. La complicidad entre nosotros se hace palpable en cada gesto, en cada mirada cargada de deseo y en cada caricia.

—No me hagas acabarte tan pronto.—Refunfuña.
Pasado la intensidad oral, él me toma rápidamente y comienza a acariciar mi feminidad, humedeciéndola para luego introducir su miembro en mi vagina ya lubricada.

Una oleada de placer recorre mi cuerpo, provocando una sensación indescriptible que me hace gemir de placer. Cada embestida es más intensa que la anterior, y no puedo evitar admirar su hermoso rostro y gesto de excitación mientras me penetra.

Él no deja de estimular mi clítoris, dominando el ritmo y aumentando mi excitación con cada movimiento. La sensación es abrumadora, y cuando llego al punto máximo de placer, siento una fuerte oleada de sensaciones que me hacen temblar.
Rápidamente me detengo, saliendo de él y experimentando una liberación de líquido que indica que he alcanzado el orgasmo.

Él vuelve a introducir su miembro entre tantas penetradas, sacándolo en el momento justo en que me inclino para tomarlo con mi boca. Con cada movimiento, el placer se intensifica hasta que finalmente alcanza el clímax, liberando un líquido en mi lengua y con gusto sin suave y sin sabor.

Se coloca su boxer y sus pantalones para volver a tomar asiento tomándome de nuevo y tocando mi clítoris palpitante.

—Eres mía.—Dice plantándome varios besos en mi cuello.
Mi teléfono suena desde la habitación. Necesitaré una ducha.

Me Verás De Nuevo © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora