El ambiente en el casino era... Extraño. Después de otros 4 días de reposo en cama, Dice tuvo que volver a su trabajo de escritorio y de niñera. No hubo problemas con eso, aparte de la dependencia emocional que tenían los mocosos con él después del incidente y que seguro tendría que enseñarles a despegarse de él en algún punto de su vida, pero fuera de eso todo el local estaba cernido sobre una atmósfera extraña.
Martini, Ron y Whisky le contaron al dado lo que sucedió ayer, porque los borrachos estaban intoxicados todo el tiempo que él alcohol ya era casi inmune en ellos, por lo cual recordaban bien la mayoría de los sucesos, cosa que King Dice no recordaba ciertamente después de tomar su dieciava copa. Cosas como juegos de mesa, mucho (muchísimo) alcohol en cada vaso, platicas amenas y apuestas inofensivas (No cómo cierto demonio que solía hacer que los demás apuesten sus almas). Pero después de ello no recordaba nada, apenas y tenía destellos de él siendo llevado a su cama, un calor cernirse fuerte sobre su aún adolorido cuerpo y luego... Nada.
Mierda. Casi se estaba arrepintiendo de tomar tanto... Casi.
— Piroluleta. —
— ¿Sí, señor? —
— Por favor, revisame el conteo de alcohol, para empezar a pedir otra caja. —
La ruleta hizo caso con un asentimiento, yendo rápidamente al almacén para contar las botellas que quedaban. Dice se mantenía ocupado entre ver las ganancias de esta semana con una mano, mientras en la otra cargaba a un tranquilo Mugman que veía hacía atrás recargado sobre su hombro a un dormido Cuphead puesto sobre el sofá del despacho del rey dado. Almohadas y cobijas debajo sobre el suelo por si al niño se le ocurría rodar entre sueños; lo que menos quería Dice ahora era escuchar berridos teniendo un ambiente tranquilo.
Dice estaba lo suficientemente concentrado en los papeles que no notó nada más que a Mugman removerse sobre su hombro, empezando a sonreír a la par que saltaba sobre su brazo y hombro. Dice alzó una ceja, observando ahora el comportamiento emocionado del niño, pero ni siquiera pudo preguntar al respecto cuando una mano se poso sobre su cadera y sintió un cuerpo un tanto más grande al suyo.
Se abstuvo de saltar sobre su lugar al reconocer el calor infernal de su jefe puesto ahora sobre él.
— ¿Cómo van las ganancias? —
Pregunto Diablo, sin observar al dado cuando se dedicó a mirar fijamente los papeles en mano. Dice intento que su cuerpo no se sobresalte de nuevo. Naturalmente debería estar acostumbrado a esto, al acercamiento y al toque del amo del inframundo, pero en lugar de eso, sentía su corazón latir con fuerza hasta el punto de querer salir de su pecho. Respiró hondo, en un intento de que su lengua no se enrede al hablar; Mugman llamaba a su jefe cada tanto, jugando con la cola de su señor por como Diablo la movía de arriba a abajo, aparentemente jugando con el chiquillo. Si el jefe se volvió blando con los mocosos nadie decía algo al respecto o iban a llevarse algo más que su jodida alma ya vendida.
— Van en aumento, señor. El mes pasado sufrimos una baja significativa pero... —
Dice hizo una pausa por como el pulgar del Diablo acariciaba su cadera por encima de su traje, apretando cada tanto el lugar y poniendo más calientes sus sentidos. Dice no sabía que estaba ocurriendo con su cuerpo, ni tampoco sabía que estaba sucediendo con su jefe. Se obligó a sí mismo en volver a tener lo pies en la tierra y no preguntar al respecto de este extraño ambiente.
— ... Pero este mes recuperamos lo perdido y tenemos más. Hace poco hice inventario y nos falta surtir el bar. —
Hubo un silencio abrumador en el aire, o así es como lo sentía Dice. Diablo no dejaba de acariciar su cadera y Mugman estaba lo suficientemente concentrado en querer atrapar la cola del demonio para no estar prestando atención a lo que sucedía. Diablo parecía seguir mirando los papeles, leyendo y releyendo, no sabía si estaba pensando en una estrategia para aumentar su reputación en el casino o algo similar. Si notó o no la inquietud del dado con respecto a su toque extrañamente suave sobre él, no dijo algo al respecto.
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Los hijos del diablo... ¿Y el dado?
RandomDiablo necesita lacayos nuevos y que le obedezcan sin rechistar. Dice necesita ayuda o unas buenas vacaciones Ambos reciben lo que querían, pero de una forma muy diferente