Enlace Por Destino.

4/ Hermanos Mayores.

Lan WangJi observó al menor, era el mismo joven que le había hablado en la subida a la secta. Pero, ¿por qué había usado túnicas tan simples? Si era el hijo más pequeño de la secta del Sol, imaginaba que siempre portaba cosas distintas y lindas. Pues su túnica había llamado la atención de todos, siendo la más vistosa, podía ver también las poderosas protecciones en la túnica del menor. Además de que su guardián es el temido y poderoso Wen ZhuLiu, el derretidor de núcleos.

WangJi —Lan XiChen le habló en un tono muy bajo al menor.- El es el joven que nos saludo en la entrada a la secta, ¿verdad?

Si, es él. —Respondió conciso.-

Wen WeiSheng estaba muy impactado por la repentina decisión de su padre, pero en fin, ahora está a lado de sus hermanos y su padre, aunque ahora van a querer hablar con él, y eso no le agradaba mucho.

Él es mi hijo menor, mi pequeño trono, sin embargo, quiero aclarar que no por ello es el más débil, al contrario, desde una edad temprana ha tenido la educación más amplia, tiene tutores, cuenta con la educación de mis padres, mis hijos y la mía.  —El líder Wen no desaprovecho la oportunidad para aclarar que su hijo menor era el mayor estandarte.- Mi pequeño hijo Wen BingWen, siempre se ha destacado, así que por favor, pueden hacer una propuesta matrimonial, algo decente de mi hijo menor y por ende mi heredero.

Todos se quedaron sorprendidos ante tal afirmación, era regular qué el primogénito tomará el mando, y que en caso de haber más hijos, formarán sectas afiliadas o contraerán matrimonio para fortalecer a su secta. Pero parecía que al menos para la secta Wen no era así. Más de un líder comenzó a maquinar la opción de emparejar a sus hijas con el joven príncipe.

Wen WeiSheng es mi hermano más pequeño, pero también es el más temido, su mayor aspiración es ser el mejor guerrero y líder de guerra. —Wen YuZhao el primogénito de la secta habló con tranquilidad, firmeza y fuerza. No dejaría que nadie minimizaran al menor.-

Hijo mío… —Wen RouHan, se acercó a su hijo, había alguien que llamaba su atención, Jin ZiXuan era un buen prospecto, amigo de su hijo menor y de su hijo primogénito, así que en realidad lo veía como el prospecto casi perfecto, a excepción de sus padres y su primo, veía en la secta Jin una gran alianza.-

Wen WeiSheng estaba cerca de su padre, ahora que lo habían presentado formalmente, no tenía motivos para ocultar su traviesa personalidad. Así que sin duda, se desató su fino y hermoso cabello, dejando que bailara con el viento.

Los jóvenes y las jóvenes de las distintas familias observaron al menor, vieron su cabello largo, con el color perfecto, la tinta más pura y hermosa estaba frente a sus ojos.

Hijo mío, puedes hacer una demostración sobre danza del viento. —Habló en un tono suave, tranquilo y amable con el menor, los líderes se sorprendieron, pues el líder Wen siempre era autoritario. Lo que los líderes no sabía es que para que el menor hiciera algo, siempre debía obtener algo.-

El bebé no quiere. —Hizo un adorable puchero, hizo qué sus hermanos mayores se pusieran alerta, pues sabe lo hermoso y perfecto qué es su adorable hermano menor.-

Padre, podemos bailar la danza del fuego en cambio, ahí siempre luce hermoso nuestro Xiao-Xian. —Comentó Wen Chao, llevándose en el acto una mirada severa de su hermano mayor.-

Wen Xû se molestó, él deseaba ocultar a su hermoso bebé, deseaba cuidarlo y mantenerlo a su lado. Pero ahí va su segundo hermano menor para ofrecer en bandeja de oro a su bebé.

No, no soy ningún aparador, prefiero que vean lo temible qué puede ser. —Habló en un tono firme, aún no deseaba tener ofertas de matrimonio. Prefería seguir jugando de un lado al otro. Pero al intentar levantarse, si querer se apoyó en su muñeca herida.-

Wen Qing, se acercó con prontitud a su pequeño hermano. Pues vio el ligero dolor que el rostro del menor mostró.

¿Qué sucede pequeño? —Se acercó el líder Wen, notó la mirada de preocupación de sus hijos, nadie decía nada, así que decidió confrontar a alguien que sí lo haría.-

Jin GuangShan. Líder de la secta Lanling Jin, ¿sabe lo que le pasó a mi hijo pequeño? —El tono del líder fue severo, firme y autoritario. No había nada de clama en el tono y menos tranquilidad.-

Los líderes se voltearon a ver, al ser una mujer ganaba de forma automática la protección silente de los líderes, Madame Yu lo sabía, era lo más seguro. Sin embargo, el líder Jin estaba más preocupado por su hijo, pues aunque no llevaban una relación adecuada entre padres e hijos, él daría su vida sin dudar por la del menor. No sabe en qué momento los Wen lo integran, pero lo hicieron, y gracias a ellos, su hijo es feliz. Sentía qué le debía el retorno de un poco de lo que han hecho por su hijo.

Líder Wen, Madame Yu despreció a su hijo. Aunque debo aclarar que su hijo menor, portaba túnicas muy simples, no había forma de saber que era su hijo menor. —Explicó el líder Jin.-

Los jóvenes herederos y el líder Wen se sorprendieron por las palabras del líder Jin. Pues, el pequeño hijo podía vestir como lo desee, jugar donde desee, comer lo que desee y como lo desee. Si deseaba guardar protocolos o no, también era su elección. Siempre había sido así.

Creo que las demás sectas merecen ser educadas. Padre. —Wen Ning habló, estaba realmente molesto. Deseaba poder mostrar su lado más oscuro y cruel, pero su pequeño le había dicho que no. Que debían esperar.- La idea de que hayan lastimado a nuestro hermano menor. Nuestro abuelo se ha enterado, mandó un cuervo mensajero, diciendo que podemos instruir adecuadamente a las demás sectas.

Si, también me envió el mensaje, creo que sería una buena oportunidad para que las sectas menores entiendan la gran diferencia entre sectas prominentes y ellos. —Wen RouHan afirmó mientras veía a sus hijos. Había solicitado varios pergaminos para invitar a las distintas sectas.-

Un hechizo hizo qué los líderes y los consejos recibieron los pergaminos de invitación para que tuvieran la información completa.
Las sectas prominentes se preocuparon, pero no había muchas opciones, las sectas menores tenían miedo, pero sabían que no podían hacer algo a menos de unirse a las sectas prominentes.