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— _______, quiero que seas mi pareja — dijo de la nada el castaño.

— ¿Q-Qué? — preguntó la chica sorprendida abriendo sus ojos como plato.

El famoso y reconocido Spider-Man 2099, se había enamorado de su secretaria, había caído en su encantadora belleza.

Romántico ¿No?

El jefe enamorándose de la secretaria. Un cliché.

Se habían confesado, pasaron una noche juntos e incluso formalizaron su relación. Nadie creía que el castaño había podido encontrar pareja.

En un día bastante atareado de trabajo a causa de una nueva anomalía ambos se encontraban frente a sus computadoras trabajando arduamente, hasta que se vieron interrumpidos.

— Miguel... no me siento bien... — dijo la chica antes de irse corriendo al baño más cercano.

Miguel se quedó observando a la chica mientras se alejaba corriendo. No sabía muy bien que había pasado, pero estaba preocupado. Decidió seguirla discretamente y al llegar al baño, esperó afuera. Podía oír el sonido de la chica vomitando y eso lo hizo sentir aún más intranquilo.

Después de unos minutos, la chica salió del baño y Miguel se acercó a ella, preocupado. — ¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda? — preguntó, con voz suave, mostrando una faceta más cálida de lo que solía ser.

— No lo sé... solo de repente me dieron náuseas y corrí. — dijo la chica secando su boca con su suéter.

Miguel se acercó a la chica y la miró. — Puede que hayas comido algo que no te sentó bien, o quizás estás enferma. ¿Quieres que llame a un médico? — preguntó con preocupación, acercándose aún más a ella.

— Es que llevo una semana sintiéndome así, desde que tú y yo... — se sonrojo la chica mientras recordaba.

Miguel se sorprendió un poco al escuchar las palabras de la chica. No sabía que él podría haber tenido algo que ver con su malestar. — ¿Desde que tú y yo... qué? — preguntó con curiosidad, queriendo saber más sobre lo que la chica estaba sugiriendo.

Olvidó un momento el tema y decidió sentarla en una banca para después sentarse junto a ella, la observó con una mezcla de preocupación y deseo. No podía evitar sentirse atraído por ella, incluso en una situación como esta. Pero su preocupación por su bienestar era lo que lo mantenía enfocado en la conversación.

— Vamos, Miguel — dijo con obviedad, pero al parecer el hombre no tenía ni idea de lo que hablaba.

— Umm…— pensaba.

Fue hasta que recordó que le había cocinado algo de comer una vez que lo visitó a su departamento — Es posible que tengas una infección en el estómago o algo así. Te llevaré al médico para que te revisen, ¿de acuerdo? — ofreció mientras se levantaba del banco y ayudaba a la chica a levantarse también.

La tomó del brazo para guiarla hacia su coche y asegurarse de que llegara al médico lo antes posible.

— No es eso, Miguel... — comentó la chica, sintiéndose culpable por no revelar del todo el porqué de sus síntomas.

Miguel frunció el ceño, confundido por las palabras de la chica. — ¿No es qué? — preguntó preocupado, deteniéndose en seco y mirándola a los ojos.

Se sentía un poco nervioso por lo que la chica pudiera decir, pero sabía que tenía que escucharla y tratar de ayudarla de cualquier manera posible.

— No es lo que piensas… — dijo la peli_____ mirando al suelo.

𝑶𝒏𝒆 𝑺𝒉𝒐𝒕𝒔. | 𝑴𝒊𝒈𝒖𝒆𝒍 𝑶'𝑯𝒂𝒓𝒂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora