Donde caben dos caben tres • Xiaotherven

5.

—¿Perdón?

—Si, sabemos que es repentino... Pero esto nos tomo por sorpresa hasta a nosotros, lamentamos sinceramente las complicaciones que esto pueda causarle.

—¿Pero no hay ningún tipo de compensación que pueda pedir o... Algo así?

Un largo silencio se presentó luego de aquella pregunta.

No había nada que hacer.

No mucho después de eso nuestro rubio de larga cabellera salió del local recién clausurado.

Aether, 19 años, estudiante de comercio y turismo becado, inquilino en un departamento minusculo que tenia a la esquina dos puntos de droga, sin familia ni recursos...

Acaba de ser despedido de su trabajo abruptamente. Dado a que el local en cuestión no cumplía las pautas de salubridad.

Lo cerraron

Sin previó aviso.

—¡¿Cómo no me van a dar una compensación o un bono o algo?! ¡¿No tengo derechos o alguna mierda así?!

Hablaba histérico el rubio por teléfono a las afueras de la plaza donde se encontraba el local recién clausurado.

—Te dije que era un restaurante raro, te dije que te metieras a un call center, pero tú estabas dale y dale que no que te daba ansiedad, coje ansiedad ahora. —Contestó la hermana de este al otro lado de la línea más calmada que el contrario, lo decía más que todo en broma —No te preocupes. Tengo algo ahorrado y tú también, y tienes el segundo trabajo, de aquí a que consigas otro empleo funcionará.

El rubio lo pensó por unos segundos, pero no podía quedarse tranquilo...

Hace poco tuvieron que gastar mucho en reparos del apartamento, gastos que la beca no cubría como prácticas de Aether o materiales que necesitaba Lumine...

Se acercaba el fin de mes y el rubio contaba con ese sueldo para que no se fueran al carajo.

Ante el silencio del contrario Lumine continúo hablando.

—Sabes que cualquier cosa también cuentas con-

—No, no es necesario.

Contestó tajante Aether, su hermana soltó un suspiro del otro lado de la línea rendida, sabiendo que insistir con él sobre ese tema en aquel momento era contraproducente.

—Hablamos en casa ¿Si? Aaah recuerda que hoy tengo doble turno, voy a llegar medio tarde... ¡Y no le des mente! No es tu culpa.

—Si... Si está bien, nos vemos...

Luego de eso la llamada fue finalizada.

El de trenzas soltó un largo suspiro y fue caminando sin vida hasta las mesas del comedor de la plaza para sentarse y organizar sus pensamientos un momento, aunque organizar su mente últimamente se había vuelto una tarea imposible.

¿Acaso había perturbado a una entidad divina para que le saliera todo mal? ¿Que mal de ojo le habían hecho?

Su mente solo estaba tomando más y más estrés.