Harry era introvertido.
Louis era extrovertido.
Harry era amable.
Louis es egocéntrico y arrogante.
Harry era el presidente del consejo escolar.
Louis salía de fiesta cada fin de semana.
Harry estudiaba leyes.
Louis estudiaba fotografía.
Harry era d...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
21 de agosto
Louis disfrutó de la cálida sensación que se alojaba en su pecho cuando Harry ronroneó e hizo un pequeño bailecito de felicidad al probar los waffles que Elizabeth les había preparado para el desayuno.
Anne los miraba con tranquilidad mientras bebía de su café; era hermoso ver la felicidad prácticamente emanando de su hijo cuando Louis estaba a su lado.
Edward desayunó en su estudio, por lo que la primera comida del día fue apacible y agradable para todos; Anne dirigía algunas preguntas hacía los chicos, Gemma reía ante las bromas de Louis y Harry se permitía ser más risueño.
—Estoy tan cansado —se quejó alargando la 'a' de la segunda palabra —, quiero estar en la cama todo el día.
Louis golpeó su brazo de forma juguetona —Ya dormiste como quince horas, no puedes dormir para siempre.
—¡Claro que sí! Lo aprendí de Aurora —Harry soltó un bufido y picoteó sus costillas.
Anne los miró con ternura, creía que sus pequeñas peleas los hacían ver cómo niños pequeños. Adoraba tener esa parte de Harry que casi nunca tenía el privilegio de presenciar.
—Harry, cariño. Louis tiene razón, no puedes dormir para siempre —el rizado abrió la boca con indignación y la mujer lo interrumpió antes de que siquiera pronunciara algo —¿Por qué no lo llevas a pasear un poco? Seguramente Louis quiere conocer el pueblo.
—Pues que camine.
Gemma rio de forma escandalosa —¿Y si se pierde?
—Es un pueblo lindo, quizás la gente le dé dinero si baila.
Todos rieron a excepción de Louis, quien lo miró fijamente antes de gesticular con los labios un "pequeña mierda", a lo que Harry respondió sacándole la lengua.
—En serio tienes el mismo nivel de madurez que un niño de seis años.
—Así me quieres —señaló y comió de su desayuno.
El castaño negó con una sonrisa y se enderezó bajo la atenta mirada de Anne. La mujer le sonrió con calidez —Aunque en realidad, si me gustaría conocer el pueblo. ¿Por qué no me llevas, pequeño Hazz?
El nombrado rodó los ojos y terminó por ceder —De acuerdo, pero cuando quiera regresar no me importará dejarte solo.
Louis volvió a reír y picó una de sus mejillas —Trato hecho.
Gemma le apuntó con un tenedor y alzó la ceja —No hagas tratos con este espécimen. Es como venderle tu alma al diablo.
—Correré el riesgo.
Harry se acercó a él de forma peligrosa y lamió sus propios labios —¿Lo harás?
