• Pablo Barrios
Cuando abri mis ojos me di cuenta de que no estaba en mi cama y me puse rojo al recordar todo lo de ayer.
Había hecho el amor con Morata.
Vi que Morata no estaba a mi lado y me levante de la cama, salí de la habitación y encontre a Morata en la cocina.
— Buenos días — Le digo bostezando y estirandome.
— Buenos días — Me dice sonriendome, yo me pongo rojo y le devuelvo el gesto — Estoy haciendo el desayuno para después irnos al entrenamiento
¡Mierda!
Que había entrenamiento.
— Huele bien — Le digo acercandome a él y viendo lo que estaba cocinando — ¿Que es?
— Estoy haciendo unos huevos con fruta solo que me falta la fruta — Me responde y yo río
— Deja que te ayudó — Le digo y él asiente — ¿Que frutas cojo?
— Tus favoritas y cojeme a mi un plátano, porfavor — Me dice moviendo el huevo y yo me pongo rojo
— Como te gustan — Le digo y en cuanto él me mira yo me muero de la vergüenza, tapó mi cara avergonzado y habló — Perdón...
Yo no oigo respuesta y cuando quito mis manos de mi cara veo como acerca su rostro al mio y me besa tiernamente. Yo paso mis manos detras de su cuello y él pone sus manos en mi cintura.
Ahogo un gemido en sus labios y el muerde mi labio inferior. Nos separamos y yo río
— Se te va a quemar el huevo — Le digo riendo y él hace una mueca graciosa
— Puta madre — Responde y yo estallo en carcajadas
Cuando acabamos de desayunar nos lavamos la boca él me presto un cepillo de dientes y quedamos en que me llevaría al entrenamiento después de que fuese a mi casa a por la bolsa de aseo.
Yo me encontraba apoyado en el coche de Morata esperando a que él saliese y cuando salió una risa se apoderó de mis labios
— Yo también te eche de menos — Me dice acercándose y encendiendo el coche y yo río
— Oh cállate — Le respondo dando la vuelta para entrar por la puerta de copiloto.
Abro la puerta y ambos subimos al coche.
— ¿Te has vuelto pijo o que? — Me dice y yo carcajeo
— No inútil, me tuve que poner otra ropa cuando llegue a mi casa porque me duche, ¿querias que fuese oliendo a sexo? — Le preguntó abrochandome el cinturón
— ¿Que tiene de malo mi sexo? — Me pregunta mientras salíamos de su garaje con una mueca de pocos amigos
— Nada — Le respondo y él me lanza una mirada fulminante — Vale, vale, es maravilloso
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TIROTEO
RandomQuizás estaba intentando ocultar mi sexualidad delante de todo el mundo, pero cuando estaba con él era imposible, ese lado mio salia a la luz.