Un rayo de luz hizo contacto con mi cara y yo abri mis ojos lentamente. Vi en frente mia a Pablo y recordé lo de anoche.
— ¡Morata! ¡Ah! ¡Dios! — Gime Pablo clavando sus uñas en mi espalda
— Gime para mi precioso — Le digo pasando mi pulgar por su labio inferior
Yo di una estocada más profunda en Pablo que hizo que este arqueara su espalda y su erección rozara con mi vientre.
— ¡Llename! ¡Dios! ¡Me encanta! — Dice gimiendo en mi oido y yo gruño
— Dios mío, bebé, me encantas — Le dije para después venirme dentro de él y provocarle arqueadas de espalda
Eso lo califica como el mejor sexo de mi vida.
Toque la mejilla de Pablo y este abrió sus ojos lentamente y pude ver que eran de un color gris miel
— Buenos días — Me dice y yo paso mi pulgar por su labio inferior
—Buenos días—Le respondo y él sonrie—.Voy a preguntarle a Marcos si puedo ducharme y te duchas conmigo, ¿vale?
Él asiente y yo dejó un beso en sus labios.
—Te amo—Le digo y salgo de la habitación
Me recorro el pasillo y bajo las escaleras para entrar en la cocina. Vi que Antoine y João estaban con Marcos comiendo.
—Buenos días— Les digo y ellos dirigen su vista hacia mi, Marcos suelta una mueca pícara y yo me pongo rojo
—¿Que tal la noche?—Pregunta Marcos y yo le fulminó con la mirada
—Ni una palabra
—Tío, que es el menor del grupo—Dice João y yo elevó las cejas
—Al menos él conmigo tiene algo y no tengo que ir rogándole por besos—Le digo y él se queda callado—. Marcos, eh, puedo usar la ducha del cuarto
—Ok, tenéis toallas y champú allí, si necesitáis algo más me lo dices bro
Yo asiento y salgo de alli, subo las escaleras y ando por el pasillo hasta la segunda puerta de las habitaciones y entró.
Cuando entró veo que Pablo sigue tumbado con su cara apoyada en la almohada de lado. Me di cuenta también de que seguía en calzoncillos, yo sonreí y toque su pelo.
—Hmm—Dice él y yo sonrió tontamente viendo su rostro
Mi mirada baja a sus brazos y vi la cantidad de tatuajes que tenia. Traze con mi pulgar el tatuaje que tenía de un león y sentí como el temblaba
—Ah—Gimio y yo sonreí
Deje de trazar su tatuaje y lleve uno de mis dedos a su boca.
No podía hacerle esto mientras dormía.
Pero no aguantaba.
Introduci mi dedo en su boca y él lo comenzó a chupar. Saque mi dedo de su boca y él abrió los ojos.
—¿Me has vuelto a hacer el amor mientras dormía?—Me dice con una cara tierna y yo niego riéndome
Le doy la mano y le levanto de la cama.
— ¡No! ¡Álvaro! ¡Dejame más en la cama! — Me dice riendo y yo le alzó por las espalda llevándole al cuarto de baño
— Tío que olemos a sexo — Le digo y él ríe
— Yo no fui él que se puso celoso porque me bese con João — Me dice y yo le miro con una mueca de asco y le meto conmigo en la ducha
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Salimos de la casa de Marcos mientras nos despediamos con la mano, Pablo iba mirando su móvil y yo me sentí un poco mal.
Desde que salimos de la ducha y fuimos a la cocina a desayunar un poco João estuvo todo el puto rato con Barrios y eso no me gustó para nada.
— Barrios — Le digo y él me mira —. ¿Tú tienes miedo a algo?
— Si
— ¿A que? — Le preguntó mientras abría el coche y ambos entrabamos
— A perder a mi padre y a mi hermana — Me dice y yo le miro atentamente —. También me daria mucho miedo perder una persona que... bueno... Me gusta mucho... Pero no se si yo le gusto
Yo hago una mueca y sacó mi coche del garaje de Marcos.
— ¿Y como es esa persona?
— Maravillosa, es la persona más increíble que e conocido jamás, te lo juro, es gracioso, amable y ¡Dios! ¡Perfecto! Tiene unos ojos muy bellos, una sonrisa encantadora y su cabello es lo que más me gusta... — Me dice y yo paro el coche y le miro a los ojos.
— ¿Tendra unos ojos muy bonitos, verdad? — Le preguntó acercando mi rostro al suyo y él asiente
— Los más preciosos que e visto en toda mi vida — Me dice acercando aún más nuestros rostros —. Tengo muchas ganas de besarte Morata
— Y yo a ti...
Ambos acortamos distancias y unimos nuestros labios en un beso tierno, paso mi lengua por sus labios y la introduzco poco a poco en su boca. Comienzo a acariciar mi lengua con la suya y después él y yo nos separamos lentamente.
— A sido increíble... — Me dice y yo asiento relamiendo mis labios
— Te amo...
— Y yo...
Yo vuelvo a poner el coche en marcha y ninguno de los dos dice nada más de momento
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