OVERLORD, ALMAS EN LA OBSCURIDAD

CIUDAD DE LA MUERTE-27

//La Baronesa Amber revisaba la casa donde había sido dejada por los integrantes de Omicron, su prioridad era cerrar la entrada forzada, clavo la espada en el piso y activo la barra lumínica que le habían dado y disipo la obscuridad, al examinar la puerta descubrió varios pasadores de hierro, sin demora los ocupo sintiéndose algo más segura //

¡"Este objeto es muy útil, suelo comprar muchos para mi mina de cristales Adegan, es mejor que antorchas o luces mágicas"! Entonces la Baronesa desato el listón; alrededor de su cuello, de su blusa de olanes y le uso para amarrar la barra lumínica a su cinturón y guardo el cargador extra en el bolsillo de su pantalón ¡"Así lograre pelear con mayor libertad"! Curiosa reviso el lugar, antes de subir la escalera ¡"Algún comerciante adinerado vive aquí, eso creo, cerró las puertas para evitar ser saqueado mientras se refugia en algún lado, quizá trato de contratar a soldados para vigilar, pero nadie estaría tan loco, peleas contra los Vampiros o te escondes y mueres solo, hay más posibilidades en la primera opción..."! Intento abrir una de las habitaciones sin éxito, utilizando el estoque y le fue fácil romper el seguro e ingresar a la recamara; fascinada dio un vistazo rápido a la espada en su mano, antes de tomar una silla cercana y atrancarla contra el picaporte, un poco más tranquila suspiro, antes de juguetear con la espada ¡"Increíble es muy ligera, cuando escuche decirle a la Elfa que es una arma de repuesto me aturdió, un Aventurero estaría deseoso por poseer algo así; yo estimo su precio en 200 monedas de oro y de saber las características de esa herrería rúnica quizá la valuaría a un mayor precio, siendo así, cual es el poder de las armas y equipos que usa Omicron, y considerando el poderío de ejercito del Reino Hechicero cuantas fortunas se gastaron en armarles, Dioses debe ser incalculable"!

//La Baronesa Amber sintió un ligero mareo, ante la idea en su mente, sus piernas se doblaban, retrocedió hasta dejarse caer sobre la mullida cama, levantando su otra mano mirando la pistola Rúnica ¡"Esta arma es singular, cuantos equipos ya desarrollaron, sus poderosos y vastos ejércitos bastan para defender sus territorios, dejando de lado al Rey Hechicero; no imagino la clase de entidad que lograría enfrentarle, sus vastos ejércitos fácilmente lograrían defender sus territorios, acaso planea conquistar el mundo, siendo así es mejor estar de su lado, al Imperio Baharuth no le va mal, al contrario..."! De pronto la fémina escucho voces asustadas y pasos se acercó a la ventana intrigada notando a un grupo de personas huyendo de Minore Vampires que eran enfrentados por tres soldados que usaban sus lanzas platinadas para mantenerles a raya, al herirles sangre putrefacta escurría y vapores nauseabundos se esparcían ¡"Debo ayudarles, no se usar esta cosa, espero sirva"! La Baronesa abrió la ventana y paso el arma a través del enrejado que le protegía y apretó el gatillo, al instante una descarga celeste salió proyectada y atravesó a uno de los Vampiros y una burbuja centellante se creó y se expandió calcinando ligeramente a sus congéneres alrededor, los soldados se hallaron confusos ante el suceso –Ataquen no se queden ahí parados– Ante la orden apuñalaron a las criaturas Vampíricas

La fémina se dirigió a la puerta pateo la silla y bajo corriendo las escaleras, retiro los cerrojos y corrió por la calle, vio a dos Vampiros en la esquina girándose en su dirección, sin titubear les corto, la Runa de Purificación los convirtió en cenizas ¡"Increíble... armas como estas hubieran salvado tantas vidas"! Pronto la Baronesa advertiría a otro grupo de Vampiros, apenas eran contenidos por los soldados, disparo a quienes estaban al frente paralizando a seis de ellos, después apunto a la azotea donde había tres más, al atacarles uno de ellos perdió el equilibrio cayendo de cabeza y encontrando su final, sin piedad apuñalo a los seres del Inframundo transformándoles en cenizas, causando asombro –De donde salieron ustedes– Interrogo mirando al grupo, observando a varias mujeres con bebes o niños a su lado y algunos hombres con antorchas y armas platinadas, uno de ellos adelanto apuntándole con su lanza y hablando mordaz –Quien eres tú, acaso una saqueadora– La Noble alzo la ceja ante lo dicho ¡"No debería molestarme, no todos los soldados me conocen y si considero que solo hay luz de luna y algunas luces para identificar a una extraña con una espada... en una ciudad llena de Vampiros yo también actuaria así..."! La Baronesa Amber envaino la espada entre su cinturón y pantalón antes de escudriñar debajo su blusa una cadena dorada sosteniendo un pequeño escudo de armas triangular de bordes dorados y en cuyo interior ónix se hallaba el grabado de un brioso unicornio dorado